DESAFÍO. Mariano Campodónico tiene la obligación de hacer que el equipo sume de a tres en su excursión a Morón. LA GACETA / Osvaldo Ripoll
El aire en Bolívar y Pellegrini tiene otro peso cuando San Martín se juega algo importante. Cada paso, cada práctica, cada palabra pronunciada en la previa del Reducido adquiere un valor simbólico. Esta vez, el destino marcará que el equipo de Mariano Campodónico tenga que viajar al conurbano bonaerense para enfrentar a Deportivo Morón en una final anticipada. Sin ventaja deportiva, el “Santo” está obligado a ganar para seguir soñando con el ascenso. No hay margen para el error: un acierto lo puede dejar en segunda fase; un tropiezo, fuera de todo.
El “Nuevo Francisco Urbano” será el escenario de una batalla táctica y emocional. Morón llega como uno de los más sólidos de la temporada, con apenas dos derrotas en casa. San Martín, por su parte, arrastra el desgaste lógico de un torneo largo, pero también la convicción de haber logrado clasificarse en las dos últimas fechas. En esa mezcla de presión y esperanza, Campodónico intenta que su grupo encuentre equilibrio. “Sabemos que estamos en una etapa del año donde ya se siente el desgaste del torneo. Tuvimos la suerte de meternos entre los ocho mejores; la idea era terminar primeros, pero no se pudo. Ahora empieza un nuevo campeonato desde el domingo y tenemos que ir a Morón a ganar”, afirmó el DT, con serenidad y determinación.
Su discurso busca transmitir calma en medio de la tensión. No desconoce la exigencia del partido contra el “Gallito”, pero tampoco dramatiza. “No tenemos que apurarnos. Vamos a enfrentar a un gran rival que, si el fin de semana pasado le hacía un gol a Gimnasia de Mendoza, quedaba como único líder. Es un equipo con un entrenador que hace muchos años trabaja en esta categoría y sabe cómo se juegan estos partidos. Teniendo la ventaja del empate, seguramente tendrá más precaución, porque si le convertís, vienen los apuros”, explicó, consciente de que la paciencia puede ser tan importante como el coraje.
La idea de Campodónico es una sola: que San Martín se adueñe de la pelota y juegue con la ansiedad del local. “Si les impedimos abrir el marcador rápido, pueden entrar en nerviosismo. Si manejamos la pelota, esa intranquilidad puede pasar a la gente y a los propios jugadores. Lo mismo hubiera ocurrido si el partido se jugaba acá. Eso también puede ser una ventaja para nosotros”, analizó.
El cuerpo técnico sabe que los números de Morón en su estadio son impresionantes: 11 triunfos, cuatro empates y solamente dos derrotas en 17 fechas. Pero también confía en la capacidad del “Santo” fuera de casa. “Es un torneo aparte, un partido de eliminación directa. San Martín fue uno de los mejores visitantes del torneo. Ellos tienen cosas positivas y nosotros también. El que entre más concentrado y con las ideas claras, va a tener más chances. Cuando jugás con el corazón y sabés que podés estar a una semana de un nuevo partido de cuartos u octavos, la motivación es enorme. Todos los chicos quieren llegar a esa final que todos sueñan jugar”, remarcó el entrenador.
Tras la práctica de fútbol en el césped de La Ciudadela, el DT confesó cuál fue su mensaje a los futbolistas en la previa de un partido que puede marcar la temporada para el “Santo”.
“Todos los que clasificamos al Reducido sabemos que cada encuentro es una final. El año pasado me tocó vivir algo similar con All Boys frente a Colón: teníamos la ventaja deportiva, empatamos y pasamos. En estos partidos pueden pasar mil cosas. Creo que San Martín está a la altura para superar esta llave”, aseguró, confiado en la madurez del grupo. “Hablé con gente amiga de Temperley, de All Boys y de Alvarado, y todos me decían que si podían, querían esquivar a San Martín y a La Ciudadela. Eso te marca algo; este club se ganó el respeto de todos. Saben que es un grande y tenemos que hacernos cargo de eso. Cuando empiece el partido, ellos también van a pensar que San Martín puede lastimar”, agregó.
El respaldo del hincha
El cierre de la semana tendrá un componente especial. Desde temprano se organiza un banderazo en La Ciudadela para acompañar al plantel antes de su viaje a Buenos Aires. Será la última práctica antes de la partida, y se espera que el estadio vuelva a vibrar con los cánticos de una hinchada que se niega a rendirse. “Ojalá venga mucha gente. Los chicos lo van a necesitar porque siempre es importante sentir el acompañamiento. Tuve la suerte de vivirlo y ojalá muchos socios e hinchas se acerquen para despedirlos y que viajen con las pilas cargadas para hacer un gran partido el domingo”, expresó.
En Morón, San Martín pondrá en juego su carácter, su temple y su fe. Campodónico lo sabe y lo resume sin vueltas: empieza un torneo nuevo, y hay que salir a ganarlo







