UN PLAN QUE DIO RESULTADO. Atlético Tucumán se plantó con orden, presión y cambios oportunos para controlar a Platense y construir un triunfo clave en su casa. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
El José Fierro volvió a ser el escenario donde Atlético Tucumán se reinventa y encuentra el envión que le falta cuando viaja. Esta calurosa tarde de sábado lo confirmó. Amparado en su localía, con (algunas) variantes acertadas y una ráfaga letal en el arranque del complemento, el “Decano” venció 2-0 a Platense y se subió al séptimo lugar del grupo B del Torneo Clausura 2025, alimentando la ilusión de meterse en los playoffs.
La baja de Mateo Bajamich por una molestia física obligó a Lucas Pusineri a reconfigurar su ofensiva y a mover piezas con rapidez. Aunque por nombres parecía un 4-5-1, Atlético se paró en la cancha con un 4-4-2 bien definido, con Nicolás Laméndola adelantado y Ramiro Ruiz Rodríguez abierto para nutrir de centros y diagonales a Leandro Díaz.
El "Decano" salió desde el minuto inicial a plantarse en campo rival y, de hecho, a los 8’ ya había generado su primera chance cuando Kevin López, inspirado, metió un pase filtrado para Damián Martínez que el defensor “calamar” Óscar Salomón alcanzó a despejar sobre la línea.
López fue la figura del primer tiempo. A los 28’, protagonizó dos chances consecutivas más: la primera hizo lucir a Federico Losas y la segunda se fue afuera por poco. Aunque en la teoría jugó de “doble 5” junto a Kevin Ortiz, se lo vio suelto, activo y llegando al área.
El golpe en el momento justo
El primer tiempo fue parejo, de ida y vuelta y con un Matías Mansilla clave para sostener el cero. Pero al regreso del vestuario todo cambió. Pusineri tuvo que mover fichas. Miguel Brizuela salió por una molestia que arrastraba e ingresó Ignacio Galván, y Atlético encontró en ese ingreso y en la expulsión de Raúl Lozano (sobre el cierre de la primera mitad) la oportunidad de quebrar el partido.
A los 2’ del segundo tiempo, un centro de Laméndola encontró el anticipo de “RRR” para el 1-0. Seis minutos después, Galván coronó un contraataque perfecto para marcar el 2-0 ante una defensa de Platense que no pudo frenarlo. Esa ráfaga de efectividad tuvo la precisión de una escena que, probablemente, fue ensayada incansablemente durante la semana.
El “Decano” aprovechó las falencias del rival para lastimar de contra y, con Mansilla seguro bajo los tres palos, parecía encaminar una victoria tranquila. Sin embargo, a partir del minuto 25 del complemento, el equipo cambió su guión y, en vez de buscar un tercer gol que finiquitara el asunto, se replegó, cerró espacios y apostó a contener los avances de Platense.
Esa decisión le dio aire a los dirigidos por Pusineri, pero también le abrió la puerta al sufrimiento. Los tiros libres y corners del “Calamar” generaron zozobra. Para refrescar el mediocampo y sostener la intensidad, el DT mandó a la cancha a Carlos Auzqui por López, y más tarde reemplazó a dos de los destacados, Laméndola y Ruiz Rodríguez, por Franco Nicola y Guillermo “Bebe” Acosta. En los últimos minutos, incluso hubo VAR por una posible mano de Adrián Sánchez, que finalmente se descartó porque la pelota había dado en su cuerpo.
El resultado final fue 2-0 y dejó la sensación de que Atlético interpretó dos actos distintos de una misma obra. Primero, empuje y protagonismo; después, repliegue y resistencia. Mansilla fue determinante con atajadas que evitaron un posible 2-2 y permitieron mantener el arco en cero.
Con este triunfo, el equipo de Pusineri trepó al séptimo puesto de su zona y mantiene viva la ilusión de clasificar a los playoffs. La gran deuda sigue siendo replicar fuera de casa lo que logra en el José Fierro, porque es allí donde se sostiene su campaña. Pero, por ahora, la obra sigue en cartelera y Atlético, con su gente como público fiel, se da el lujo de desplegar en su escenario favorito los actos más emblemáticos de esta temporada.







