02 Octubre 2025

Esclarecedora y muy justa la carta del lector Luis Ovidio Pérez Cleip (“UCR”, 01/10), quien no hace más que -a través de sus palabras- ratificar lo que sostengo en mi primera carta del 28/09: la UCR no viene formando radicales, sino antiperonistas. Mi repudio y condena al Pacto de Gualeguaychú 2015 nada tiene que ver con el PJ (Partido sobre el que me referiré más adelante), sino con la incoherencia histórica de pasar de tener a la causa de los desposeídos como nuestra causa, a defender los intereses de las oligarquías y los de los grupos concentrados y hegemónicos, fundadores del PRO y nutricionistas del centralismo portuario aduanero del país primarizado, timberos seriales de deudas externas y comisiones por renegociaciones de renegociaciones. Ahora sí y, volviendo al Partido Justicialista, debo decirle que soy uno de sus críticos más consecuentes y reiterativos en los ámbitos en los que opino al respecto, ya que -como le sucedió a la UCR- sufrió igual fragmentación territorial nacional y vaciamiento ideológico en los años neoliberales de Menem (apellido y mañas reinstauradas por Karina Milei y su hermano Presidente), del cual no pudieron recuperarse, aunque estuvieron a pasos de lograrlo bajo la impronta de Néstor Kirchner y de CFK. La partidocracia tradicional -corporativista y definitivamente alejada de la lucha por los intereses de las grandes mayorías- está muriendo, Sr. Pérez Cleip, mostrando un aparente movimiento que solo se explica por el impulso de viejas fuerzas que supieron darles vida y razón de ser. Las ideas de una patria soberana, industrial, con movilidad social e igualdad de condiciones para alcanzar la de oportunidades (esas que levantaron hombres como Moreno, Monteagudo, Belgrano, Dorrego, Alem, Yrigoyen, Perón con Evita; Néstor y Cristina, entre otros), lejos estarán de concretarse de la mano de la UCR y del PJ como herramientas de organización. El progresismo, como tal, solo será posible cuando logre articularse en una orgánica nacional e independiente de la partidocracia tradicional, con una innegociable posición de centro izquierda, más lejos de la izquierda que del tibio centro, ciertamente.

Javier Ernesto Guardia Bosñak 

javierucr1970@gmail.com


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