Boca Juniors frenó su levantada con un empate inesperado frente a Central Córdoba y una derrota en Florencio Varela ante Defensa y Justicia, partido en el que por primera vez no estuvo en el banco Miguel Ángel Russo. La ausencia del entrenador reabrió el debate sobre su continuidad, aunque la dirigencia encabezada por Juan Román Riquelme decidió respaldarlo hasta fin de año.
Desde la cúpula del club explicaron que el cuerpo técnico tendrá el control del plantel profesional en caso de que Russo no pueda estar presente. El entrenador viene de atravesar problemas de salud, entre ellos una infección urinaria y un cuadro de deshidratación, lo que lo obligó a guardar reposo.
En Boca la información sobre la salud del DT se mantiene en total hermetismo. Ni siquiera cuando estuvo internado hubo detalles oficiales, a diferencia de otros casos. Aun así, se supo que la directiva y su entorno le recomendaron que se tomara un descanso, algo que Russo se negó a hacer porque siempre quiso estar al frente del equipo.
En el último partido, el interinato quedó a cargo de Claudio Úbeda, quien reveló que habló con Russo antes y durante el encuentro contra Defensa. “Estuvimos hablando y respaldándolo en todo lo que diga. Estoy acá porque él no pudo estar, ya que se está cuidando para ponerse mejor y decidir cuándo puede volver”, aseguró. Y aclaró: “Las decisiones importantes las toma Miguel, todo lo consensuamos”.
Boca camina al límite
El Xeneize quedó sexto en la Zona A del Clausura, en la cuerda floja de la clasificación a octavos, y en la Tabla Anual se encuentra cuarto, lo que lo relega a puestos de Sudamericana. Con un calendario cargado que incluye partidos clave contra Newell’s, Barracas, Belgrano, Estudiantes y el Superclásico frente a River, el equipo necesita sumar. Russo, con el aval de Riquelme y del plantel liderado por Edinson Cavani y Leandro Paredes, decidirá si vuelve a dirigir o sigue delegando en su cuerpo técnico.







