Los años también le pasaron a él, pero aún conserva la magia de la palabra alegre y de la sonrisa sincera. Como buena hija de Eleodoro Nieva me puse a conversar con el Sr. Carlos Villa, como lo hago seguido con todos los que me hablan y me cuentan algo. Hasta un adolescente me dijo Srta., no me acuerdo su nombre, pero sí de su carita y se fue. Seguimos la charla con Villa, hasta que busque el minuto justo para homenajearlo con mi pregunta ¿Es usted el fotógrafo de LA GACETA? Sí, me contestó y ¿cómo me reconoció? respondió con cara de asombro y admiración. Como no recordarlo, y vino a mi memoria su juventud, cuando andaba por la calle con su máquina de foto y su tradicional saco blanco. Con orgullo me habló de su traje blanco -”aún lo tengo guardado”- y su rostro se enorgulleció con añoranzas de lo tantas cosas vividas. Me habló orgullosamente de sus hijos, nietos y también de su esposa que se le adelantó en este camino de la vida. Un homenaje sencillo a “Villita”, como le dicen sus amigos y conocidos y los que no lo conocen ahora ya conocen algo de él, siempre son su cámara. Creo que la gente se va de un lugar, pero deja su impronta, su sello, una parte de su vida, porque tantas historias que tendrá para contar y tantas fotos que vemos en el diario y son su obra maestra. Por siempre Villita con tu cámara y tu traje blanco.
Maria Silvia Nieva de Díaz
lumadi67@hotmail.com







