¿Qué necesita San Martín para definir de local en el Reducido? Claves de por qué el duelo contra Quilmes es crucial

El "Santo" debe derrotar al "Cervecero" para evitar que el de este domingo pueda ser el último partido del año en La Ciudadela.

PIEZA IMPORTANTE. Franco García intenta dejar en el camino a un rival; cuando está bien, el extremo es una de las armas claves que tiene el Santo en ataque. PIEZA IMPORTANTE. Franco García intenta dejar en el camino a un rival; cuando está bien, el extremo es una de las armas claves que tiene el "Santo" en ataque. Prensa CASM

Puede que mañana sea el último grito en La Ciudadela. San Martín llega a su penúltima función de la fase regular frente a Quilmes con una certeza que lo obliga: si no encadena resultados, podría despedirse de su gente antes de tiempo. La temporada empezó con ilusión, se sostuvo por tramos con fe y hoy exige carácter. Quedan dos fechas (el “Cervecero” y San Miguel como visitante) para decidir si el equipo se gana el derecho a volver a abrazarse en su estadio durante el Reducido.

La semana lo dijo todo. Mariano Campodónico llevó las prácticas al césped de Bolívar y Pellegrini como si quisiera ensayar la escena que importa: un equipo concentrado, sin ruidos y con cada pieza en su lugar. El propio entrenador reconoció lo que dolió en Nueva Italia y lo que se juega ahora. “Tenemos que volver a hacernos fuertes en casa contra Quilmes porque nos jugamos dos finales muy importantes”, advirtió.

El contraste con el 4-0 a Atlanta fue brutal: de la mejor versión a un tropezón que recordó falencias. Por eso el tablero táctico está bajo revisión. El DT analiza regresar a la línea de cuatro, recuperar firmeza en el medio y sumar peso en ataque. No es solo cuestión de nombres; sino de ganar los duelos, emparejar por dentro y sostener la intensidad.

La tabla aprieta. San Martín está sexto, igualado con Patronato pero el conjunto de Paraná está arriba por diferencia de gol. Para definir de local en el Reducido necesita terminar cuarto o más arriba. Y esa ventaja no es un detalle. La primera fase se juega a partido único y, si hay empate, avanza el mejor ubicado; luego, en ida y vuelta, el mejor posicionado define en casa y pasa si hay igualdad global.

El vestuario repite el objetivo. “Este resultado nos obliga a sumar de a tres en los dos partidos que quedan. Tenemos que quedar entre los cuatro primeros; es fundamental para definir de local”, aceptó Nicolás Castro. En tanto que Martín Pino fue a la médula del problema: “Nos faltó convertir; tuvimos situaciones pero la pelota no quiso entrar”.

¿Y Campodónico? habló de fe y autocrítica. “Yo elijo creer. Sueño con jugar otra final; la única manera es competir como contra Atlanta”. En la misma línea, Franco García había convocado a la tribuna. “Sabemos que el hincha es un jugador más. Nos tenemos que aferrar a ellos para sacar ese plus extra”. El mensaje es directo; es ahora, en La Ciudadela y con su gente, que todavía no logra convencerse con el desempeño del plantel.

Ahora bien, ¿qué necesita San Martín para tener la localía en el Reducido? Primero, ganar. Dos triunfos lo dejarían, como mínimo, en disputa mano a mano por ese cuarto lugar. Segundo, evitar las desconexiones que lo persiguen de visitante y que, en casa, puede corregir con presión alta, laterales más cortos y un doble cinco que libere a los extremos. Tercero, abrazar la ventaja estratégica que propone el reglamento: al estar mejor posicionado, se juega con margen; al quedar abajo, la soga se acorta. Y cuarto, comprometerse con una idea sin fisuras durante 90 minutos. “La única manera es estando bien de la cabeza y sin dejar de correr”, insistió Campodónico.

También cuenta el rival. Quilmes llega sin red, con más para arruinar que para perder, y eso lo vuelve peligroso. Puede pararse con tres puntas, abrir la cancha y forzar un ida y vuelta que a San Martín le conviene domesticar desde el control del medio.

Si el “Santo” domina la zona ancha, obliga al “Cervecero” a retroceder y aparecen las ventanas para Franco García y Pino. La pelota parada, que fue aliada contra Atlanta, vuelve a asomar como llave.

El hincha de San Martín debe jugar el partido al lado del equipo

Por eso, el duelo de mañana tiene sabor a sentencia. Si el “Santo” gana, defenderá su lugar entre los de arriba y alimentará la chance de volver a su casa para definir el primer mano a mano. Si no suma, el partido contra San Miguel podría transformarse en un cara o cruz sin red. La Ciudadela lo sabe y tendrá que latir a la par del equipo.

Puede ser una despedida o el comienzo del resurgimiento. Dependerá de 90 minutos jugados con la convicción de siempre y con un plus irrenunciable: el empuje de su gente.

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