Cada 27 de septiembre, la Iglesia católica celebra en su santoral a San Vicente de Paúl, sacerdote francés del siglo XVII conocido como el “padre de los pobres” y considerado uno de los grandes renovadores de la vida cristiana.
Nacido en 1581 en Pouy, Francia, Vicente de Paúl dedicó su vida al servicio de los más necesitados. Ordenado sacerdote a los 19 años, pronto se destacó por su entrega en el confesionario, en la formación del clero y, sobre todo, en la asistencia a los marginados.
Fundó la Congregación de la Misión (conocidos como lazaristas o vicentinos) y, junto con Santa Luisa de Marillac, creó en 1633 la Compañía de las Hijas de la Caridad, revolucionando la vida religiosa femenina al combinar la oración con el servicio directo a enfermos, huérfanos y pobres.
Su carisma trascendió las fronteras de su tiempo: hoy es patrono de las obras de caridad y de las asociaciones de voluntariado, además de inspirar a la Sociedad de San Vicente de Paúl, una red mundial de laicos dedicada a los más vulnerables.
Otros santos del día
El santoral del 27 de septiembre también recuerda a:
San Adolfo, obispo y mártir en Sevilla.
San Flavio, mártir en el norte de África.
Beato Lorenzo de Ripafratta, dominico italiano, discípulo de San Antonino de Florencia.
Vigencia de un legado
Más de tres siglos después de su muerte, San Vicente de Paúl sigue siendo una referencia para la acción social de la Iglesia. En parroquias, hospitales y organizaciones solidarias de todo el mundo, su figura es invocada como símbolo de entrega, humildad y compasión.
Su célebre pensamiento resume su misión:
“Los pobres son nuestros señores y maestros”.







