Las tres vías que se le presentan a Milei para corregir el rumbo del dólar
Las intervenciones del Central, un nuevo torniquete para operar con divisas, un financiamiento por parte del Tesoro estadounidense o sostener el esquema de bandas de la flotación cambiaria son las alternativas que se le presenta al Gobierno nacional. El Tesoro pone sus ojos en la acumulación de fondos para atender los vencimientos de la deuda.
El Gobierno comienza una semana decisiva en pos de encontrar una salida a la tormenta cambiaria que ha llevado al dólar hasta el límite superior de la banda de flotación. Por esa razón, el Banco Central tuvo que intervenir en el Mercado Libre de Cambios (MLC) y, en tres jornadas, cedió U$S1.110 millones de las reservas internacionales. El ministro de Economía, Luis Caputo, ha dicho que mantendrá aquel esquema de flotación entre bandas, aunque en el mercado lanzan varias alternativas respecto del rumbo que puede tomar la divisa estadounidense en medio de una puja electoral rumbo al domingo 26 de octubre. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) vislumbra tres alternativas que el Gobierno nacional puede adoptar para tratar de encarrilar el rumbo hasta las elecciones legislativas:
• Atrincherados y revoleando regulaciones. En este escenario el Gobierno continúa con lo iniciado hace casi 10 días por la Comisión Nacional de Valores (CNV) y por el Banco Central (BCRA), al restringir el acceso al mercado oficial, es decir, un endurecimiento del cepo. Le suma intervenciones en futuros, sube la tasa y, como último recurso, le queda obligar a los bancos a reducir su posición en moneda extranjera. Es decir, el Ejecutivo permanece inflexible en el esquema cambiario. Si no logra imponer confianza para que vendedores privados eviten que el dólar se mantenga en el techo de la banda, forzándolo a vender reservas durante la mayoría de las próximas 25 ruedas, llegaría muy desgastado a la elección y con la necesidad no solo de recuperar los miles de millones de dólares que se habría gastado en la intervención sino también lo necesario para los próximos vencimientos de deuda, advierte. Esto, además, no lo exime de un salto en el tipo de cambio después de octubre. De hecho, cuantos más dólares venda el BCRA en la intervención mayor será el salto postergado.
• Un rescate y comprar tiempo. Compatible con la primera alternativa, el gobierno recurre al préstamo. El FMI parece más condicionado, dado que, incluso con el perdón por el incumplimiento de la meta de reservas en junio, la Argentina se encamina indefectiblemente a incumplir la meta de diciembre en al menos U$S6.000 millones (recordar que le perdonó U$S 6.500 millones en la revisión). Aparece entonces la alternativa del Tesoro de los Estados Unidos como financista. Cabe recordar que, luego del acuerdo con el FMI, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, viajó al país y sugirió que la Argentina tiene abierta una línea de financiamiento en casos extremos. Esta línea o alguna maniobra financiera con EE.UU. y organismos es un rumor que toma fuerza, dado que Caputo comunicó que se vendrá un anuncio que blinda los pagos de enero e incluso los de julio, los cuales suman más de U$S500 millones. El viaje del presidente Javier Milei al país del norte, alimenta esta alternativa. Sgún el CEPA, este escenario puede traer un alivio en las tensiones financieras y una postergación de la reforma en el esquema cambiario, ya que “resuelve” una de las preocupaciones que está sonando más fuerte, el pago de los vencimientos de deuda en dólares. Sin embargo, acota, dejaría ver la inconsistencia de un programa económico que no funciona sin puentes financieros como lo fueron el blanqueo y el desembolso del FMI. “Nuevamente nos encontraríamos con un gobierno que gasta dólares frescos de desembolsos de organismos internacionales con fines electorales, la experiencia del macrismo nos demuestra que a veces no alcanza ni con ayuda externa”, puntualiza en su reporte semanal.
• Barajar y dar de nuevo. El poder de fuego del BCRA no está en duda. La duda es si el gobierno va a comprometer los próximos años con tal de llegar a las elecciones legislativas sin pagar el costo político de un cambio del esquema cambiario y la depreciación que trae aparejada. El jueves 18, el BCRA vendió U$S379 millones y nuevamente la economía argentina volvió a convivir con una brecha cambiaria que superó el 4,5% con respecto al dólar Contado con Liquidación. La brecha genera incentivos a comprarle dólares al BCRA en el Mercado Libre de Cambios, darse vuelta y venderlos en el paralelo. Esto reduce la oferta y aumenta la demanda en el MLC, algo que, de profundizarse, puede llevar a que el costo de la intervención del BCRA supere los U$S5.000 millones hasta las elecciones (suponiendo un ritmo de venta de U$S200 millones por rueda). Frente a ese escenario ¿aguanta el esquema de bandas? Si bien sería una medida costosa en términos políticos y de credibilidad, liberar el dólar puede ser una escapatoria para evitar gastar un monto equivalente a los vencimientos de enero, en la búsqueda de contener un dólar al que el mercado le descuenta un salto discreto después de la elección, subraya el CEPA. El cambio de esquema buscaría priorizar el escenario postelectoral pensando en 2027, a sabiendas que, cuanto más vendan hoy mayor será el salto. El riesgo de ese camino es que esté mal implementado, cayendo en un “parche”, léase una suba de la banda de 100 o 200 pesos. Igualmente se incurre en un costo reputacional y político, y la desesperación del mercado por cubrirse puede dar lugar a un “overshooting” (reacción exagerada), sin dejar un margen que garantice la sostenibilidad del esquema, es decir, un precio del dólar que permita al Tesoro volver a acumular dólares de cara a los abultados vencimientos del año que viene.







