Tres aviones rusos de combate MIG-31 violaron el espacio aéreo estonio por 12 minutos (imagen de archivo) / Alexander Zemlianichenko/AP
Rusia volvió a poner a prueba los límites de la OTAN en el este de Europa. Este viernes, Estonia y Polonia denunciaron la incursión de cazas rusos en su espacio aéreo. En el caso estonio, que había cerrado temporalmente su espacio tras la caída de varios drones rusos en Polonia el 10 de septiembre, tres aeronaves sobrevolaron su territorio durante 12 minutos. En Polonia, otros dos cazas rusos realizaron un vuelo a baja altura sobre una plataforma petrolífera en el mar Báltico.
El episodio coincidió con el anuncio del 19º paquete de sanciones de la Unión Europea contra Rusia por la invasión de Ucrania. Mientras sus aviones violaban las fronteras europeas, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que los países de la UE “están haciendo todo lo posible para fomentar la confrontación, lo que dificulta hallar una solución a la situación en Ucrania”.
Estonia se convirtió así en el tercer país de la OTAN en denunciar incursiones rusas en su espacio aéreo, tras los incidentes en Polonia y Rumania. Tres cazas MiG-31 sobrevolaron durante 12 minutos una isla del golfo de Finlandia, lo que obligó a intervenir a aeronaves de países miembros de la Alianza que patrullaban la zona, según informaron los ministros de Defensa y Exteriores estonios.
“Rusia ya ha violado nuestro espacio aéreo cuatro veces este año, lo que resulta inaceptable. La incursión de hoy, con tres cazas entrando en nuestro territorio, es descarada y sin precedentes”, destacó el ministro de Exteriores estonio, Margus Tsahkna.
La OTAN confirmó los hechos y detalló su intervención para alejar los aviones rusos. Una portavoz señaló que la Alianza “respondió inmediatamente e interceptó los aparatos”, calificando lo sucedido como “un ejemplo más de la temeridad rusa y de la capacidad de respuesta de la OTAN”.
Poco después, la guardia fronteriza polaca informó que otros dos cazas rusos se aproximaron peligrosamente a una plataforma petrolífera de la compañía Lotos Petrobaltic, situada al norte de Gdansk.
Estos incidentes se producen apenas una semana después de que unos veinte drones rusos penetraran en el espacio aéreo polaco, lo que llevó a la OTAN a derribarlos y motivó acusaciones de Rumania por otra incursión de dron ruso.
El Gobierno ruso, por su parte, lanzó una campaña de desinformación, asegurando que los drones eran ucranianos y carecían de alcance suficiente para llegar al territorio de la OTAN.
“Las crecientes pruebas de Rusia sobre nuestras fronteras y su agresividad deben ser respondidas con un rápido refuerzo de la presión política y económica”, reclamó Tsahkna. Tallin presentó una protesta formal ante el representante diplomático ruso en Estonia.
La alta representante para la Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, calificó el incidente como una “violación extremadamente peligrosa del espacio aéreo estonio por parte de la aviación militar rusa”.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró: “Europa apoya a Estonia frente a esta nueva violación de su espacio aéreo. Responderemos a cada provocación con determinación y reforzaremos nuestro flanco oriental. A medida que aumentan las amenazas, también lo hará nuestra presión”.
En mayo, Estonia ya había denunciado que Moscú había enviado un caza a su espacio aéreo sobre el mar Báltico en un intento de detener un petrolero ruso, parte de la llamada “flota fantasma” que desafía las sanciones occidentales.
Desde el primer incidente en Polonia, la OTAN ha reforzado sus esfuerzos militares en el flanco oriental frente a la amenaza rusa. La nueva misión de la Alianza, denominada “Centinela Este” y en la que participará España con dos cazas y un avión cisterna, comenzó el pasado viernes, dos días después de los derribos de drones en Polonia.






