CUENTA REGRESIVA. Los bikers fueron acreditados ayer en Yerba Buena.
Todo listo para la sexta edición del Batalla Mountain Bike, la competencia contará con alrededor de 880 ciclistas distribuidos en tres distancias y casi cincuenta categorías, a los que se suman unos 120 corredores de running, lo que asegura un espectáculo deportivo de gran magnitud.
La Batalla crece edición tras edición, transformándose en un acontecimiento que no solo convoca a los competidores, sino que también genera un fuerte impacto en el público y en la vida social de la provincia. Desde la organización reconocen el camino recorrido y el esfuerzo que implica sostener un evento de estas características, donde cada detalle debe ser cuidadosamente planificado para garantizar tanto el nivel deportivo como la seguridad de todos los participantes.
En la previa, la ansiedad y la tensión forman parte del clima natural que rodea a la competencia. Juan Pablo, uno de los responsables de la organización, lo explica con sinceridad: “La verdad que ansioso y preocupado, porque no deja de ser un evento grande, con muchos corredores y muchas responsabilidades. Hasta que no llegue mañana el último corredor, es como que uno no respira”. Para él y su equipo, la prioridad está en que todo se desarrolle de manera segura y sin incidentes. “No quiero que haya accidentados, no quiero que haya caídas, nada. Que la pasen bien todos y recién el lunes poder tomar un poco de aire”, asegura.
El número de participantes refleja el crecimiento que la Batalla ha tenido desde sus comienzos. “Aproximadamente son 870, 880 corredores. Son tres distancias, lo que significa casi cincuenta categorías. Y además están los running, que son unos 120 corredores. Así que va a ser una fiesta grande”, cuenta Juan Pablo con entusiasmo. Ese entusiasmo no es casual: detrás de cada edición hay meses de preparación, reuniones, coordinación con equipos de apoyo y un trabajo que se intensifica especialmente en los días previos.
La competencia no solo se ha consolidado en Tucumán, sino que además busca expandirse hacia nuevas regiones del país. “Esta es la sexta edición, y la carrera va creciendo muchísimo. Creo que al público tucumano ya prácticamente lo tenemos captado, y ahora esperamos seguir avanzando para llegar al centro y sur del país”, explica. El objetivo es claro: proyectar el evento más allá de las fronteras provinciales y convertirlo en un clásico nacional del ciclismo de montaña.
Esa proyección, sin embargo, no impide que la organización viva cada edición como un desafío único. La intensidad del trabajo previo deja poco margen para el descanso. “En esta última semana no se respira. Tomás aire el lunes y recién volvés a respirar el lunes siguiente”, confiesa Juan Pablo, describiendo con crudeza el esfuerzo que implica sostener la maquinaria detrás del espectáculo. Apenas finalizada la competencia, la mirada ya se proyecta hacia el futuro. “Tenemos un evento antes, pero a partir del 10 o 15 de enero ya empezamos a pensar de nuevo en lo que tenemos que mejorar y en la Batalla 2026”, afirma.
La Batalla de Mountain Bike es un espacio donde confluyen el deporte, la naturaleza y la pasión de cientos de personas que se suman para pedalear, correr o simplemente acompañar. Con la participación de casi un millar de competidores y con una organización que trabaja incansablemente, Tucumán volverá a ser escenario de una celebración que ya se ha ganado un lugar en el calendario deportivo argentino y que promete seguir creciendo en los próximos años.







