Recuerdos fotográficos: 1930. “El Torito de Mataderos” practica en la linotipo de LA GACETA

En este espacio de “Recuerdos” LA GACETA busca revivir el pasado a través de imágenes que se encuentran guardadas en ese tesoro que es el Archivo de LA GACETA. Esperamos que a ustedes, lectores, los haga reencontrarse con el pasado y que puedan retroalimentar con sus propios recuerdos esta nueva sección.

Recuerdos fotográficos: 1930. “El Torito de Mataderos” practica en la linotipo de LA GACETA
Por Roberto Delgado y Jorge Olmos Sgrosso 14 Septiembre 2025

Justo Suárez (1909-1938) fue el primer gran ídolo del deporte argentino. A fuerza de piñas y con estilo arrollador, este cordobés conocido como “El Torito de Mataderos”, ascendió velozmente desde los 10 años hasta el mundo del boxeo de los livianos, atropelló a todos y llegó a tener cinco primeras peleas exitosas en Estados Unidos, donde lo llamaron “agressive fighter”, según cuenta Gustavo  Orgaz.

“El Torito de Mataderos” vivió rápido. Desde la miseria más absoluta llegó al estrellato. Se ganó la admiración de la gente humilde de Buenos Aires, que se sintió identificada con su historia e iba a verlo en viejas camionetas, colectivos y tranvías, para alentarlo con pitos, matracas y bocinas. En uno de sus combates tuvo como espectadores a los príncipes de Inglaterra Eduardo de Windsor y Jorge de Kent, padre de la reina Isabel II y futuro Jorge VI.

Después de 1932 la gloria se le fue diluyendo. Empezó a perder, su mujer lo abandonó y luego la tuberculosis haría su estrago. Murió en Córdoba a los 29 años, en la pobreza más absoluta.

Su imagen quedó en el recuerdo popular. Un tango de Charlo, “Muñeco al suelo” (1930) lo ensalza. También una canción de Los Pericos, “Torito”, en el disco “Pampas reggae” (1994); una película llamada “I love you... Torito”, de 2001; y el autor de El Eternauta, Héctor G. Oesterheld, creó en los 50 una historieta llamada El Indio Suárez, inspirada en su vida.

Un cuento de Julio Cortázar, “Torito”, en Final del juego (1956), lo recuerda: “Qué le vas a hacer, ñato, cuando estás abajo todos te fajan. Todos, che, hasta el más maula. Te sacuden contra las sogas, te encajan la biaba”. Cortázar, impresionado por la pelea del 14 de septiembre de 1923 en la que Luis Ángel Firpo, “El Toro de las Pampas”, fue derrotado por Jack Dempsey en un polémico arbitraje, escribió este cuento en homenaje a “Torito” Suárez, cuyas peleas le fueron relatadas por su profesor Jacinto Cúcaro en el colegio “allá por el año 30”.

En la cúspide de la gloria, Suárez visitó Tucumán. Su foto apareció en la tapa del diario del 4 de mayo de 1930, sentado en una de las linotipos. “Si no hubiera seguido mi carrera de boxeador, mi actual puesto sería linotipista de LA GACETA de Tucumán”, dijo.

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