Cómo el cerebro puede impactar en la salud del corazón

El cardiólogo intervencionista de la Mayo Clinic, Mohammad Alkhouli, presentó dos estudios que buscan entender y diagnosticar un síndrome que se confunde con el infarto. Prevención y tratamiento.

EN PELIGRO. Muchas mujeres presentan factores de riesgo cardíaco. EN PELIGRO. Muchas mujeres presentan factores de riesgo cardíaco.
Lucía Lozano
Por Lucía Lozano 14 Septiembre 2025

La conexión entre corazón y cerebro ha desvelado durante años a los investigadores. En el antiguo Egipto, incluso se consideraba al corazón el centro de la inteligencia y las emociones. Y cuando una persona moría, le pesaban este órgano para ver si iba a ir al cielo o al infierno.

“Hasta hace 10 o 20 años era sólo un aspecto filosófico. Pero ahora la ciencia se está poniendo a tiro; hoy tenemos herramientas más sofisticadas que nos permiten delinear la relación entre el corazón y el cerebro”, explica el doctor  Mohammad Alkhouli, cardiólogo intervencionista de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota (EEUU), durante la presentación de sus últimas investigaciones, en una entrevista con periodistas de todo Latinoamérica en la cual participó LA GACETA.

“Entré a la Facultad de Medicina para destrabar los secretos del corazón, no sólo como una bomba, sino como el centro de otras funciones”, señaló el especialista, que lidera grupos de investigación en inteligencia artificial y desarrollo de dispositivos médicos.

Según detalla, entre las afecciones asociadas con la conexión entre el cerebro y el corazón está el síndrome del corazón roto, uno de los cuadros que más cuesta descifrar. Suele presentarse en personas de mediana edad o jóvenes, con predominio en mujeres. Generalmente aparece tras un episodio de estrés emocional o físico intenso. Hay pacientes que lo tuvieron durante un período de duelo, luego de que falleciera un ser querido. A uno le ocurrió mientras estaba en el gimnasio, buscando superar su marca. Y otro lo padeció cuando se encontraba haciendo el balance contable de fin de año y se dio cuenta de que no había manejado el dinero tan bien como pensaba.

Tiene síntomas similares a los de un infarto: dolor en el pecho, dificultad para respirar y alteraciones en el electrocardiograma. Sin embargo, a diferencia del ataque cardíaco clásico -producido por un coágulo que obstruye una arteria coronaria- en este caso las arterias están libres. Lo que ocurre es que el corazón queda dividido en dos: una parte se contrae normalmente, mientras que la otra permanece inmóvil, formando un balón. De allí provienen sus diferentes nombres: síndrome de Takotsubo, corazón roto o balonamiento apical.

El gran desafío, advierte Alkhouli, es que su diagnóstico es casi imposible en la sala de emergencias. “A simple vista no podemos diferenciarlo de un infarto. Pero el tratamiento es completamente distinto: mientras en el infarto se coloca un stent, en el síndrome de corazón roto sólo se requiere medicación y observación”, explicó.

Para superar esta dificultad diagnóstica, su equipo exploró una técnica revolucionaria: medir el campo magnético del corazón. Gracias a sensores no invasivos, lograron detectar diferencias claras entre un síndrome de Takotsubo y un infarto verdadero antes de recurrir a procedimientos invasivos como la coronariografía.

El segundo trabajo avanza aún más y cuestiona el modelo tradicional del infarto ligado exclusivamente al colesterol. Según Alkhouli, existen pacientes jóvenes y sanos que sufren ataques cardíacos sin tener placas de colesterol obstruyendo sus arterias.

El hallazgo de su grupo es que, en personas con síndrome de corazón roto, la diferencia de movimientos entre las zonas del corazón puede dañar las arterias coronarias en los puntos de transición, lo que provoca roturas y desencadena un infarto.

“Esto abre una nueva vía para entender por qué algunos pacientes sufren infartos sin factores de riesgo clásicos. El corazón y el cerebro, junto con el sistema nervioso y hormonal, juegan un rol clave en este proceso”, explicó.

Investigación

Aunque todavía queda un largo camino por recorrer, estos estudios representan un avance decisivo para prevenir diagnósticos erróneos y replantear la comprensión de las enfermedades cardíacas. “Seguimos frente a un síndrome elusivo, pero cada vez estamos más cerca de entenderlo. El corazón roto ya no es solo una metáfora: es una realidad médica que la ciencia empieza a  dilucidar”, remarcó Alkhouli.

- ¿Las mujeres tenemos más marcada esta relación entre cerebro y corazón? ¿Se está profundizando la investigación en los  síntomas que presentan ellas a diferencia de los hombres?

- Las enfermedades que tienen que ver con la conexión corazón cerebro son más frecuentes en las mujeres. Y no se entiende muy bien por qué pasa eso. Estamos estudiándolo. Lo que sí vemos es que tal vez no sean tan conscientes de sus síntomas, o cuando presentan las señales, algunos de los médicos sienten  que no son síntomas típicamente cardíacos. Hay una diferencia en los síntomas, la frecuencia y la gravedad entre los hombres y las mujeres, para cualquier cardiopatía, no necesariamente con esta relación cerebro-corazón.

-¿Existen perfiles de riesgo basados en género, edad o antecedentes emocionales para desarrollar el síndrome de corazón roto?

- Como es algo más frecuente en  las mujeres, podría haber también una conexión hormonal. Hay estudios que muestran que ciertas hormonas que están más presentes y activas en las mujeres que en los hombres, tal vez estén contribuyendo ya sea al problema o a la curación de este. Pero todavía no hay datos concluyentes. En cuanto a la edad, puede afectar en cualquier momento de la vida, y habitualmente se ve en la edad media.

- Cuando decimos que hemos tomado una decisión  con el corazón y no con la cabeza, ¿es real esto?

- Yo creo que sí, pero todavía necesitamos más datos para probarlo. Lo que sabemos hasta ahora es esto: hay un pequeño cerebro en el corazón. Hay más de 40.000  neurotrasmisores, neuronas que están operando en el corazón por sí mismas, independientemente del cerebro. Hay mucha investigación que se está haciendo para comprender las diferentes partes de ese pequeño cerebro. Hay historias anecdóticas de pacientes a los que se les hizo trasplante cardíaco y les cambió el comportamiento o la manera de pensar, o incluso la sabiduría algunas veces. No es algo que se pueda generalizar; hay casos de personas que por ejemplo nunca había escrito en su vida, reciben el corazón de un escritor y súbitamente desarrolla un interés y una urgencia por escribir. Lo mismo ocurrió, por ejemplo, con el corazón de un músico.

- ¿Y cuál es la importancia de cuidar tanto el cerebro como el corazón? ¿Qué nos aconseja?

- En general, los factores de riesgo que afectan el cerebro son muy parecidos a los que afectan el corazón, de manera que si ustedes se cuidan uno, por extensión están cuidando del otro.  Es bueno también lograr una mayor armonía entre ambos porque el corazón tiene un rol que jugar,  incluso en decisiones cerebrales, y al revés también se aplica. Los consejos son: manejo del estrés. tener un sueño de calidad, llevar una alimentación saludable y hacer actividad física, control de la presión y el colesterol.

- ¿Cuál cuadro presenta más urgencia: el infarto o el síndrome del corazón roto? ¿Cómo se los distingue?

- Yo les recomiendo a todos los que tienen un dolor de pecho severo,  que consulten enseguida. Y cuando vienen a la sala de emergencia, hay pruebas estándar que se hacen: electrocardiograma, medir los  campos eléctricos del corazón, mirar la actividad eléctrica. En ambos casos, el corazón roto o un infarto del miocardio típico, hay cambios característicos del electrocardiograma. Lo segundo que se hace es una  prueba sanguínea para ver si está habiendo rotura, necrosis de las células cardíacas. Si eso es así, quiere decir que está habiendo un infarto cardíaco o que el corazón está bajo estrés. Hoy no tenemos una manera de distinguir entre un síndrome de  corazón roto y un infarto al miocardio típico  simplemente por las pruebas de rutina. Entonces,  hay que hacer un cateterismo para descartar un infarto.

- ¿Cuál es la mejor forma de prevenir el síndrome del corazón roto?

-   Tenemos que asegurarnos de reducir el estrés. Pero el primer paso es averiguar cuál es la población general que está más propenso a tener este problema. El tipo de estrés, la duración, la exposición previa, todo eso interviene.

-¿Cuál es  el tratamiento recomendado para un paciente con síndrome de corazón roto y su pronóstico?

- Generalmente, hay que mantener a los pacientes internados unos pocos días, asegurándonos de que su presión y la frecuencia cardíaca estén bien, y luego introducir ciertos  medicamentos que ayudan al corazón a reponerse. La mayoría de la gente se recupera en unas pocas semanas, pero hay algunas pocas personas a las que les lleva mucho más tiempo o que padecen esto con recurrencia.

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