El Código de Planeamiento de Yerba Buena

La “ciudad jardín” es una de las que más se ha expandido en el Norte Argentino en las últimas décadas.

14 Septiembre 2025

La ciudad de Yerba Buena avanza hacia la aprobación de un nuevo Código de Planeamiento Urbano (CPU) elaborado durante el último año, primero con talleres participativos, tanto de especialistas de distintas disciplinas y dirigentes como de vecinos interesados, y luego plasmado en medidas concretas por una comisión de expertos. El municipio clamaba por nuevas reglas urbanísticas, ya que el CPU que aún está en vigencia tiene más de 31 años.

En 1994, cuando se implementó el último CPU, el departamento Yerba Buena, de 160 kilómetros cuadrados, contaba con 45.000 habitantes, mientras que el municipio, que ocupa 29 kilómetros cuadrados, tenía 41.000 vecinos registrados. Según el último censo de 2022, el departamento alcanzó las 103.000 personas (a fines de 2025 ya serían 115.000), y la ciudad 90.000 habitantes, y este año ya habrían superado los 100.000.

Las proyecciones indican que en poco más de cuatro años, en 2030, el departamento contará con 125.000 vecinos, en 2040 con 155.000, y en 2050 con casi 200.000.

La ciudad concentra al 90 % de la población (unos 180.000 dentro de 25 años), con el agravante de que prácticamente toda su superficie ya ha sido desarrollada urbanísticamente. Sólo quedan unas 350 hectáreas sin explotar, hacia el norte de avenida Perón, y algunas pocas hectáreas o parcelas distribuidas por el ejido urbano, según reveló a LA GACETA el intendente Pablo Macchiarola.

Este crecimiento descomunal y con muy pocos precedentes ubican a Yerba Buena entre las cinco ciudades que más se han expandido en el norte argentino en las últimas décadas, producto, principalmente, de una extensión que involucra a toda el Área Metropolitana de Tucumán (AMET), cuyo éxodo y desarrollo se ha dado mayoritariamente hacia el oeste.

Por ese motivo, y así lo refleja el borrador del nuevo CPU, es imperioso pensar a Yerba Buena a corto, mediano y largo plazo como parte de un todo dentro de una misma mancha urbana y no como una ciudad aislada que puede arreglárselas por sí sola. Corredores viales metropolitanos, un transporte público integrado, estrategias conjuntas en el tratamiento del agua y del suelo, el manejo de los espacios verdes y nuevos límites y normas de urbanización son algunos de los temas clave en los que debe trabajar, no sólo la “Ciudad Jardín” sino todo el AMET.

Por citar sólo un ejemplo y que a su vez constituye uno de los problemas más serios que tiene hoy Yerba Buena, es que no pueden existir barrios privados que tengan seis, ocho o más calles cerradas, que afectan dramáticamente la conectividad urbana, al transporte público y asfixian a la ciudad, y que además le dan la espalda a la vida social y económica del municipio.

Son algunas de las transformaciones urgentes que debe plasmar el nuevo CPU, no sólo en la letra sino también en los hechos.

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