MARÍA MOLINER. La lengua es un yacimiento de formas que permite resistir la derrota y convertirla en victoria.
NOVELA
HASTA QUE EMPIEZA A BRILLAR
ANDRÉS NEUMAN
(Alfaguara - Buenos Aires)
Andrés Neuman construye la biografía novelada de una figura a veces ignorada, la española María Moliner. El título proviene de unas palabras de la poeta Emily Dickinson.” A veces escribo una palabra y me quedo mirándola brillar”. La mirada de María establece una relación particular con el uso de las palabras. El libro está dividido en cinco partes con la historia de vida, vinculada a la historia nacional española, a la generación de las sinsombreros. Como entremetidos los cuatro encuentros con Dámaso Alonso quien le comunica la negativa a su incorporación en la Real Academia Española. El libro insiste en la compleja lucha de las artistas e intelectuales para lograr un espacio en la sociedad y la cultura español donde reinan barbas y bigotes.
Disfruta de su infancia en Zaragoza rodeada de sus hermanos y dirigida por la madre, “con la cabeza gacha, bordando iniciales en la esquina de un mantel”. El abecedario cosiéndose en la tela y la memoria. El padre obsesionado con la educación de los hijos, les transmite la importancia de la cultura. Luego se alista como médico de la Marina, comienza a viajar para desaparecer en Buenos Aires. La familia viaja continuamente en busca de mejor situación.
Sílaba por sílaba
El dinero y su falta agrava el abandono paterno. A pesar de los obstáculos estudian y logran espacios en las academias. María se dedica a la filología y comienza una larga labor como archivista y bibliotecaria: “Se imaginaba acumulando hojas, y hojas, con la fe de que algún día serían bosque”. Su rendimiento escolar le permite optar por una plaza nada menos que en Simancas. Luego se traslada al Archivo de Hacienda en Murcia, de cuya universidad es la primera mujer docente. Se casa con el físico Fernando Ramón y Ferrando sumergiéndose en una intensa vida doméstica: cuatro hijos, el primero muerto al nacer. El contacto con los niños ayuda a María a encontrarse con otras formas de la lengua. Su fascinación con el lenguaje y la enseñanza se acentúan. “Sus hijos le enseñaron a hablar de nuevo sílaba por sílaba… la obligaron a desarmar la lengua para mostrársela por dentro, como una caja de música”.
Entre 1930 y 1950 se instalan en Madrid y fundan el Instituto Libre de Enseñanza. Cuando se proclama la república se trasladan en Valencia con el Patronato de las Misiones Pedagógicas. Las bibliotecas son una prolongación de las aulas y deben estar en manos de todos los españoles. María es una militante cultural. Valencia va convirtiéndose en el centro de sus acciones. La pérdida de la guerra la encierra en la casa a cuidar la familia.
Años franquistas
La dictadura la margina y silencia, la expulsa por las instituciones académicas. Lejos de aceptar el mandato de silencio se reinventa como lexicógrafa clandestina. A los 50 años, María acomete un diccionario entero sola, sin dejar de trabajar y atender a hijos y nietos. Cada entrada es un acto de fe en el lenguaje común, en la riqueza de los usos de la palabra. Algunas definiciones aparecen entre recuadros de líneas negras, con una tipografía distinta, como si el propio libro se abriera para dar lugar a las fichas de María.
El gesto gráfico se vuelve también un acto político. La lengua es un yacimiento de formas que permite resistir la derrota y convertirla en victoria. María artesanalmente nos entrega las palabras de ese diccionario al que siempre supo interminable.
© LA GACETA
Carmen Perilli







