En este 25° informe sobre el monitoreo de dalbulus maidis que se realiza mediante la red nacional de trampas de monitoreo de la chicharrita del maíz se relevaron, del 12 al 25 de agosto, 325 localidades de la Argentina -distribuidas en las regiones del NOA (68 localidades), del NEA (48), del Litoral (30), de Centro Norte (58), del Centro Sur (121)- y 10 de Uruguay.
En el NOA, la proporción de trampas con más de 100 adultos capturados continuó su proceso de reducción, respecto del informe anterior. En esta ocasión, disminuyó de un 24% a un 4%. La región atraviesa una fase de descenso poblacional, influenciada por las amplitudes térmicas, que actúan como moduladores de la dinámica poblacional.
En el NEA, el efecto modulador fue aun más marcado, y en sintonía con lo observado en el NOA. El número de localidades sin detección del vector aumentó de un 16% a un 44%, en comparación con el informe anterior. Al mismo tiempo, se mantuvo estable la proporción de localidades con capturas de entre uno y cuatro adultos por trampa (33%).
En la región Centro-Norte continúa incrementándose la categoría de ausencia, alcanzando el 62% de las localidades. En este informe no se registraron capturas en las categorías de >20 adultos por trampa, lo que evidencia una marcada retracción poblacional en la región.
En el Centro-Sur la dinámica poblacional se mantiene en niveles similares a los del año pasado, con el 99% de las localidades sin detecciones del vector en la región.
Es fundamental mantener el monitoreo de adultos de dalbulus maidis durante todo el año, incluso durante los períodos de transición estacional acompañados por incrementos de temperatura.
El uso de trampas cromáticas debe complementarse con inspecciones visuales y con muestreos con red entomológica; en especial, en cultivos invernales, de servicio y en malezas, donde los adultos suelen refugiarse en el estrato inferior. Asimismo, es importante considerar las zonas agroecológicas que inician la siembra temprana de maíz, donde resulta imprescindible intensificar el monitoreo sobre el cultivo. La combinación de estas herramientas optimiza la detección y permite caracterizar con mayor precisión la dinámica del vector a lo largo del año. Por otro lado, es importante recordar que durante el período otoñal-invernal los adultos de dalbulus maidis tienden a modificar su coloración estacional. Mientras que los ejemplares estivales suelen presentar tonalidades más claras y brillantes, los adultos que emergen en otoño y en invierno adquieren una coloración más oscura. Este aspecto debe tenerse en cuenta para una correcta identificación del vector en cada época del año. Asimismo, en gramíneas invernales suele encontrarse un complejo de chicharritas que a menudo se confunden con dalbulus maidis, por lo que resulta indispensable realizar una identificación precisa y, de ser necesario, consultar con especialistas de la zona para evitar errores de diagnóstico.
En las zonas agroecológicas que recibieron precipitaciones y adelantan la siembra temprana, se recomienda intensificar el monitoreo desde la implantación del cultivo, teniendo en cuenta la alta susceptibilidad del maíz en sus primeras etapas fenológicas.
Por otro lado, en las áreas con siembras tardías resulta fundamental reforzar la vigilancia para detectar la emergencia de plantas voluntarias de maíz, ya que estas pueden actuar como “puente verde” para plagas y patógenos, favoreciendo la persistencia del inóculo.






