En una conferencia de prensa poco habitual, el argentino Matías Almeyda sorprendió a todos al hablar con total sinceridad sobre un capítulo oscuro de su vida: la depresión que atravesó durante su etapa como futbolista en Europa. El actual entrenador del Sevilla no esquivó la pregunta y contó cómo enfrentó aquellos años que marcaron un antes y un después en su carrera.
Todo surgió cuando un periodista de El Chiringuito le preguntó por su experiencia personal con la depresión y la manera en que la traslada hoy al trabajo con sus dirigidos. Almeyda fue directo. “Tengo mucha experiencia para hablar de eso. Tuve cinco años que sufrí bastante y fui ayudado por mi familia, por profesionales”, confesó.
El exmediocampista recordó una de las decisiones más difíciles de su vida. “Yo jugaba en el Inter de Milán, fui a ver a Massimo Moratti y le dije que no quería jugar más. Tenía dos años de contrato en ese momento. Así fue mi vida, por eso cuando digo que no vendo humo, no los vendo”, explicó, dejando en claro que su retiro temporal fue consecuencia de un dolor profundo.
La soledad del futbolista y el nuevo rol de entrenador
Almeyda, hoy con 51 años, afirmó que la experiencia de sentirse vacío lo llevó a cambiar de rumbo y convertirse en entrenador. “Es una parte fea, una parte oscura que tiene un jugador que deja de jugar. Por eso priorizo que amen el fútbol y que lo jueguen hasta donde puedan”, señaló. Y agregó: “Cuando se deja de jugar, al 90% de los futbolistas no les suena más el teléfono. Yo tenía muchos amigos y ya no estaban”.
Desde que se puso el buzo de DT, su enfoque cambió. “Me convertí en casi psicólogo. Detecto al depresivo, al que durmió mal, al que tiene una cara rara porque no lo pongo, y hablo con ellos desde lo más profundo del corazón”, expresó. Instalado en Sevilla, donde debutó esta temporada con dos derrotas y una victoria, Almeyda busca ahora trasladar sus aprendizajes de vida para que sus jugadores no sufran lo que él sufrió. “Sufrí bastante, pero aprendí a salir adelante”, concluyó.







