FIRMEZA. El DT ensaya en la previa contra Atlanta, con la idea de recuperar confianza y volver a creer en el equipo. Foto de Alejandro Cruz/PRENSA CASM.
La semana se hizo eterna en Bolívar y Pellegrini. Después de dos golpes consecutivos que dejaron al equipo tambaleando, la espera para volver a salir a la cancha estuvo cargada de silencios, de charlas internas y de entrenamientos que buscaron más que mejorar lo futbolístico: intentaron recomponer el alma de un plantel “santo” que necesita recuperar confianza. El domingo contra Atlanta no será un partido más; será el momento de demostrar carácter, de volver a creer.
En los pasillos de La Ciudadela retumba la idea de que lo anímico es tan importante como la táctica. Mariano Campodónico lo dejó claro en la previa, consciente de que los tropiezos no sólo dejaron puntos en el camino, sino también cicatrices emocionales.
“Pasa un poco por todo: por corregir errores futbolísticos y también por ser más sólidos desde la mitad de la cancha hacia atrás, tomando recaudos. Sabemos que este club tiene la obligación de buscar los triunfos, más aún en casa. Lo anímico es clave, y ahí estamos trabajando mucho”, afirmó Campodónico ante los medios luego de la práctica en el estadio.
El DT sabe que las urgencias juegan en contra. Cuando la ansiedad domina, las decisiones suelen ser precipitadas. Por eso, desde su experiencia como ex futbolista, intenta transmitir serenidad. Su mensaje a los jugadores busca que la ambición no se convierta en desesperación.
“Muchas veces los chicos se aceleran y quieren ganar antes de hacer el primer gol, y eso lleva a cometer errores. Trabajamos mucho en la semana para que no desesperen, que lleguen descansados y dejen todo el domingo en la cancha”, explicó.
El rival que llega a Tucumán no da respiro. Atlanta, escolta del torneo y con un presente sólido, será un examen durísimo para medir de qué está hecho este San Martín. Claro; el margen de error es mínimo, pero Campodónico se aferra a la ilusión. “San Martín siempre tiene que pelear por ser primero. Matemáticamente todavía estamos con chances, así que debemos sumar la mayor cantidad de puntos en estos cuatro partidos que restan. Si alcanza para llegar a la punta, mejor. Si no, lo importante será terminar entre los cuatro primeros para definir de local y con ventaja deportiva”, expresó con total convicción sobre lo que pueden aportar sus dirigidos en el campo de juego.
Esa posibilidad de definir en La Ciudadela aparece como un premio enorme en un tramo donde cada detalle cuenta. Sin embargo, más allá de los números, la gran deuda es emocional: reaccionar cuando las cosas no salen como se planearon. El propio técnico lo admitió con crudeza, reconociendo que el equipo no logra levantarse con rapidez tras un golpe.
“Los jugadores dejan la última gota de sudor en la cancha, pero a veces cuando nos golpean, nos cuesta reaccionar. Contra Arsenal estábamos haciendo un buen partido y ellos se hicieron fuertes. Con Colegiales dominábamos, pero después del gol nos costó encontrar caminos para descontar. No es falta de entrega: los jugadores dejan todo, pero los golpes nos afectan”, analizó con crudeza.
El diagnóstico es claro: no se trata de esfuerzo, sino de resiliencia. San Martín corre el riesgo de quedarse a mitad de camino si no logra blindar su confianza. La intensidad está, pero necesita sostenerse en los momentos de mayor presión.
"Yo soñaba con estar en este club", confesó Campodónico
En paralelo, las críticas externas también hicieron ruido. Los silbidos en La Ciudadela y las especulaciones sobre su futuro pudieron haber hecho mella en Campodónico, pero el entrenador se mostró firme, defendiendo su lugar y asumiendo la responsabilidad. “De mi parte y de la dirigencia nunca recibí mensajes de duda, al contrario, tuve apoyo desde el minuto cero. Yo soñaba con estar en este club y no me voy a ir porque algunos resultados no se den. Como jugador también me costó en algunos momentos y lo revertí. Ahora quiero hacer lo mismo como entrenador. Si las cosas no salen, el responsable soy yo, no los jugadores. Ellos tienen que estar tranquilos y jugar con libertad”, sentenció.
La Ciudadela se prepara para una noche cargada de tensión. No sólo estarán en juego tres puntos, sino la posibilidad de empezar a torcer una historia que se complicó más de lo esperado. Los hinchas lo saben: el equipo necesita reencontrarse con su mejor versión, pero sobre todo recuperar esa confianza que lo hacía fuerte en casa y que hoy parece escondida.
El duelo contra Atlanta será una medida de todo: del temple del plantel, de la capacidad de reacción y de la convicción para no bajar los brazos.






