Vio luz y entró. Mariano Campodónico, cumplió su sueño de calzarse el buzo de técnico del club del que fue héroe en el ascenso a Primera en 2008. Pero una vez regresado a San Martín se metió en un laberinto cuya salida parece estar cada vez más lejos de encontrar.
Los números grafican su pobrísima campaña y también su desconcierto. En seis partidos dirigidos por la Primera Nacional obtuvo apenas una victoria, dos empates y tres derrotas. Esto sin sumar aquella goleada sufrida ante River Plate por Copa Argentina, en su debut en el banquillo.
Del once titular alineado en el Madre de Ciudades aquella noche, Campodónico repitió apenas cuatro nombres como inicialistas en su visita a Colegiales este viernes, cerrada con una dura derrota 0-2 que profundizó la crisis.
El ex entrenador de All Boys se hizo cargo de un plantel que no conocía y que había sido formado por su predecesor. Sin embargo, los 24 jugadores que utilizó en estos siete partidos dan cuenta de una búsqueda sin resultados a la vista, de una brújula extraviada a la hora de encontrar el camino de salida en medio de una noche oscura.
“Depende de mí como entrenador encontrar el equipo y que (los jugadores) vuelvan a sentirse importantes como hace ocho o nueve partidos atrás, que estaban punteros”, reconoció Campodónico en Munro, con una mezcla de sinceridad e ingenuidad.
Porque es cierto que el San Martín conducido por Ariel Martos venía a los tumbos en rendimiento y en resultados desde el cierre de la primera ronda del torneo, pero también lo es que con Campodónico ha retrocedido varios casilleros en desempeño y bajado unos cuantos escalones en la tabla, tanto que quedarse fuera del reducido ya no es una quimera.
“Puede ser que no le encuentre la vuelta”, admitió el entrenador ante la consulta de un periodista en el estadio del “Tricolor”.
En realidad, San Martín jugó en buena forma durante la primera mitad de la etapa inicial, claro que solo hasta tres cuartos. El equipo no tuvo peso en el área rival. “Pensamos que el partido era por fuera, por las bandas, pero no lo encontramos nunca”, reflexionó Campodónico, quien curiosamente no incluyó de arranque a ningún extremo, sino a dos laterales “mentirosos” bien subidos, como Nahuel Cainelli y Aníbal Paz.
Apenas decretada la derrota ante el “Cole”, el técnico salió raudamente del vestuario para enfilar hacia el micro, optando por dejar a solas a sus dirigidos. Interceptado por la prensa, respondió: “Ya vuelvo”. Pero una vez dentro, se sacó la campera y se sentó en su butaca, mientras sus colaboradores cerraban las cortinas para impedir la visión desde fuera.
Parecía que el técnico no hablaría, pero unos minutos después cumplió con su palabra: bajó del micro y fue hacia donde los periodistas esperaban por sus declaraciones. Lo hizo con generosidad, fueron casi 14 minutos en los que no esquivó ningún bulto.
“¿Si tengo fuerzas para seguir? Sí, tenemos muchas de estas como jugador y como entrenador también… nosotros siempre le metemos para adelante”, contestó a LA GACETA. Momentos antes había asegurado que siente que los jugadores todavía le responden.
“No creo que se hayan olvidado lo bien que lo hicimos con Maipú y por momentos con All Boys… es un grupo que viene golpeado, cada vez que nos hacen un gol nos golpea mucho y no nos podemos levantar; vamos a tener que laburar mucho lo mental”.
“Ahora el responsable soy yo porque no se ganó y debo tener la virtud de encontrar a los 11 que estén mejor para enfrentar a Atlanta”. Justo se viene el “Bohemio”, que cerró este sábado como único líder de la zona, a la espera del partido de Deportivo Madryn, y que el domingo visitará una Ciudadela en ebullición.
“Hoy tendríamos que empezar a pensar en sostener la zona de reducido, tratar de terminar ‘lo más rápido’… lo más arriba posible”, se corrigió rápidamente.
Pareció un fallido, casi a pedido de Sigmund Freud: muchos creen que si la fase regular se prolongase un par de fechas más difícilmente el “Santo” terminaría entre los ocho primeros, habida cuenta de la pendiente abajo en la que se encuentra. “Tenemos que olvidarnos del resto e intentar terminar lo más alto posible”, insistió el DT.
En verdad, el equipo tucumano no deja de sorprender a propios y extraños. El comentarista televisivo de la victoria de Atlanta sobre Güemes (1-0) dijo durante la transmisión: “Es increíble cómo se cayó San Martín”. Hace menos de un año esa misma incredulidad había embargado al mundo del fútbol tras la caída en la final frente a Aldosivi y la posterior eliminación a manos de Gimnasia de Mendoza.
“Las cosas no están saliendo, pero si ganamos un partido nos volvemos a acomodar”, confió Campodónico contra toda esperanza.







