Por Fabio Ladetto
05 Septiembre 2025
Es Marca Tucumán y por ello nos representa en todo el mundo como un producto genuinamente provincial, aunque su consumo sea estrictamente local. Desde las 13.30, “Cacharpaya” cumplirá mañana 950 programas en el aire de los mediodías sabatinos de Canal 10, siempre con la conducción de Adolfo Nicolaus.
Su nombre remite a una palabra quechua. “Era el momento de la alegría de que los pueblos originarios tenían cuando volvían de sus peleas y sus viajes al lugar de residencia de la familia”, afirma el folclorista, conductor y humorista a LA GACETA. En su caso, la fiesta parece durar todo el año. Su identidad televisiva reúne en pantalla la presencia de artistas (cantores y bailarines) con humor familiar y escenas teatralizadas. El resultado es un clásico que perdura desde hace 22 temporadas, tras un comienzo en radio, con tradición e identidad.
“Cuando Canal 10 me propone hacer un programa de folclore, contrapropuse un encuentro de los tucumanos, fundamentalmente con jóvenes sobre el escenario para mostrar a todos los grandes valores que estaba viviendo en la provincia; luego se fueron sumando de Santiago del Estero, Salta, Córdoba y otros lugares, hasta que se transformó en una pantalla de nuestra música y danza argentina, de nuestro sentimiento de tucumanía y de la gran familia que es esta provincia. Mi intención es lograr un ir y venir de energía y alegría que trasponga la pantalla y que llegue a la mesa hogareña”, dice.
- Tu vínculo con Canal 10 comenzó mucho antes...
- Sí, en 1975 o 1976, con el primer programa de folclore que tuvo Canal 10, donde recibimos la visita del Cuchi Leguizamón, Manuel J. Castilla y Orlando Galante, entre muchos otros. En esa época no había conexión de internet y se mandaban videos del programa a Salta, Jujuy, Río Gallegos, Catamarca y La Rioja, para que se emita a la semana siguiente de haberlo grabado. Fue una experiencia muy interesante.
- Mucho después llegó “Cacharpaya”, que es una referencia en el NOA...
- Es la gran cita que tenemos los folcloristas, con una audiencia muy amplia que abarca una parte de Catamarca, el sur de Salta, el norte santiagueño y por internet llegamos al país y al mundo. Este cumpleaños es una alegría grande, porque no ha sido fácil mantenerlo durante tantos años. Incluso superamos la pandemia sin haber suspendido ningún programa, nos reinventamos cuando no se podía estar con gente y pasábamos videos que nos mandaban de todo el país y hasta de Ecuador y Paraguay. Los humoristas nos sentábamos en la mesa de la alegría y todo el resto de la gente, afuera. Cuando entraban a bailar, teníamos que salir nosotros para cumplir con el protocolo. Cuando terminó todo y nos habilitaron, volvimos a armar una escenografía casi igual que la anterior para mostrar la capacidad y talento de la gente.
FAMILIA. Adolfo Nicolaus y sus
- ¿Cuántos artistas pasaron por tu programa?
- Imposible calcular. Imagínate, son 950 programas con tres artistas musicales más un ballet. Multiplicalo y te darás cuenta de la cantidad de valores jóvenes y de los consagrados que pasaron; muchos se iniciaron conmigo y hoy son figuras nacionales como Ivo Rodríguez o Emilio Morales. Cumplo una tarea bellísima de difusión de la cultura.
- ¿Desde el inicio hubo una impronta familiar?
- Sí, desde los primeros programas. Mis nietos eran muy chiquitos y ya estuvieron en el programa, me ayudaban a hacer sorteos y hoy siguen conmigo en la producción, aunque ya no quieren estar ante la cámara. Eso ha hecho que se contagien los abuelos, que les encantaba reunir a sus nietos para que bailen y compartir el momento.
- ¿La de mañana será una emisión especial?
- Vamos a hacer un gran programa en homenaje a tantos que pasaron por “Cacharpaya” y que me han enorgullecido con su talento (ver “Participantes”); muchos llegaban desde afuera y cuando los invitaba, compartían conmigo la mesa como un amigo más. Llegamos a un programa evocativo y fundamentalmente muy emotivo y de agradecimiento. Por acá vienen todos los que tuvieron y tienen que ver con la cultura y se encontraron con un plantel técnico, con directores, a sonidistas, operadores, que se preocupan y se han consustanciado mucho con la idea. Me siento orgulloso de haber trabajado tanto para lograr este intercambio que tenemos con nuestra hermosísima audiencia. Tengo la suerte de que me acompañan varias empresas amigas, del Gobierno y la Legislatura, que siguen poniéndole el hombro al programa, porque es muy difícil sostenerlo. Hemos invitado para hoy a La Guitarreada, Lapacho, Carlitos Podazza con Carolina Sad Tejeda, Cachito Komaid y Cachetón Vizcarra, que son mis compañeros cada fin de semana. Y vamos a recordar muy buenos momentos de toda esta historia.
- Viniste de Salta a estudiar para ser Contador Público Nacional...
- Llegué a los 18 años de Salta y a los 20 años ya estaba haciendo radio en Splendid con Ariel Fernández. Mi primera experiencia con el humor familiar -que sigo manteniendo- fue en la Peña del Negro Galante, y hasta me hicieron afiches. Luego llegó “Canto y cuentos”, los domingos a las 12 por 36 años a mi cargo y después “Cacharpaya”. Muchos me acompañaron en programas en los que lo único que busqué siempre fue acercarle una risa a la gente, porque este país siempre tiene momentos difíciles. Por eso mi frase de inicio es “se terminó la tristeza”. También decíamos que había que alambrar el país porque el día que el mundo se entere de que vivimos la misma cantidad de años que otros, pero nosotros macaneando y ellos trabajando, se van a venir los alemanes, los japoneses, los suecos...
- ¿Cómo seguirá “Cacharpaya”?
- La idea es seguir dándole difusión a nuestros jóvenes artistas, somos difusores de algo muy valioso que es la cultura de Tucumán. Es un trabajo arduo en un canal que pertenece a la UNT y al Gobierno de la provincia y creo que con esto estamos cumpliendo una tarea muy importante. Vamos a intensificar el camino que hemos encarado para que todos puedan tener un lugar. Me siento orgullosísimo de lo logrado.
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