BCRA
El financiamiento en pesos al sector privado, especialmente a empresas, ha mostrado un claro deterioro. Por primera vez en 15 meses, el crédito a empresas cayó un 2,3% en términos reales durante agosto, reflejando el impacto del aumento en las tasas de interés.
Se trata de estimaciones privadas en base a los datos que publica el BCRA, que reflejan el impacto de los cambios en la política monetaria que realizó el Gobierno nacional para intentar contener el dólar. Este retroceso se debe principalmente a una marcada contracción en los adelantos en cuenta corriente, que disminuyeron un 10,3% mensual.
Diversos análisis indican que la elevada suba de las tasas de interés ha sido el principal factor detrás de esta caída del crédito. Un alza significativa en las tasas de adelantos a empresas, que pasaron del 36% al 85% anual nominal, provocó lo que algunos expertos describen como un “apretón monetario”.
Esto ha llevado a que, desde mediados de julio, los préstamos a empresas acumulen una contracción del 6,6% en términos reales.
Expertos señalan que esta es la primera vez en más de un año que se observa una caída nominal en los saldos de préstamos. Las empresas han optado por cancelar su financiamiento ante el alto costo, lo que podría sostenerse por algunos meses. Sin embargo, para poder crecer en producción o ventas, será indispensable que las empresas puedan acceder a fondos con condiciones más compatibles con el mercado.
El entorno de altas tasas de interés no solo ralentiza el crédito, sino que también aumenta los niveles de morosidad. Se espera que este escenario se mantenga por un tiempo, lo que podría tener un efecto negativo en la ya debilitada actividad económica, incrementando la probabilidad de una recesión.
Si bien se argumentó que las tasas elevadas serían un fenómeno transitorio, el verdadero impacto en la economía comenzará a medirse en los próximos meses. Un enfriamiento de la actividad, junto con una mayor morosidad de familias y empresas que evitan tomar crédito debido al alto costo, implica, en la práctica, un freno al crecimiento.
En este contexto, empresas y bancos concentran sus esfuerzos en administrar la liquidez a corto plazo, a la espera de una mayor claridad en el frente financiero y macroeconómico, consignó el diario "Ámbito".







