Las dos caras del peronismo tucumano

Jaldo y Manzur necesitan de un triunfo contundente. Eso le daría una mayor fortaleza del gobernador ante la Nación. Al senador, en tanto, la victoria le ayudaría a preservar la cuota de poder en la mesa nacional del PJ.

Las dos caras del peronismo tucumano

No hay doble comando, ni mucho menos. Los dos persiguen el mismo fin: ganar. Y, si es holgado el triunfo, mejor. ¿Qué es ganar con cuatro bancas en juego? Que el esquema de reparto favorezca a Primero Tucumán con tres de ellas. El otro escenario es 2-1-1, es decir, mantener los escaños en juego y que la oposición se reparta los otros dos. Quién iba a pensar que, hace un mes, ambos compartirían el mismo escenario y la misma meta. 

Osvaldo Jaldo y Juan Manzur están de campaña. Un sábado, en medio de la dirigencia peronista. En dos meses, el gobernador cumplirá la mitad de su mandato, dos años al frente del Poder Ejecutivo, ese que heredó del actual senador, y al que le aplicó una reestructuración financiera para que la Provincia dejara de vivir de prestado, con descubiertos en el banco para pagar sueldos. El destino los reencontró, del mismo lado. Por eso Manzur no tiene reparos en decirle, públicamente, a Jaldo “mi gobernador, el que sale a jugar y pone el pellejo, porque esto no es para tibios”, tal como lo expresó ayer en el encuentro con referentes de las 93 comunas rurales en El Cadillal. “A veces las circunstancias nos llevan a un lugar o a otro”, argumentó el ex mandatario para dejar de lado las diferencias recientes. Cualquier parecido con aquellas circunstancias de septiembre de 2021 (Manzur, jefe de Gabinete nacional; Jaldo, gobernador interino, previa puja interna que dejó un tendal de heridos que aún siguen en el hospital peronista) es pura coincidencia.

El senador fue rápido de reflejos para reubicarse en el escenario político comarcano. En un hecho prácticamente inédito, el ex mandatario se quedó toda la semana en Tucumán y mantuvo encuentros en distintas zonas de la provincia. Primero Tucumán es el eslogan convocante, pero detrás de esa decisión hay otra de mayor peso: la necesidad que tiene Manzur de conservar la cuota de poder suficiente de tal modo de sostenerse en la mesa chica del Partido Justicialista a nivel nacional (un triunfo del peronismo en Buenos Aires contribuiría con su estrategia). Es el presidente del distrito Tucumán; es uno de los referentes antimileístas que, con su presencia, le garantiza a Jaldo que todos los “patitos” del peronismo disidente se mantendrán en fila, sin que ninguno saque los pies del plato. 

Manzur piensa en su futuro. Dos años más en la Cámara Alta y, tal vez, por imperio de los resultados, pueda cambiar de recinto de sesiones, en caso de corrimiento de lista. Ese es su gran objetivo. Pensar en volver a la gobernación es una utopía en la actualidad. Su discurso es claro: “plantarse ante el plan que ejecuta Milei, que va en contra de la producción, de los trabajadores, de los jubilados, de la salud y de las pensiones a discapacitados”, arengó ayer. Y se animó, además, a pelear contra la consigna de La Libertad Avanza en Tucumán: eliminar comunas rurales. “Van por ustedes y los quieren hacer desaparecer; los quieren eliminar. A la mierda las comunas. Por eso, en cada comuna hay que ganar 100 a cero”, afirmó.

Jaldo mantiene la línea discursiva cuando está frente a los propios. Sabe que la tijera debe estar más afiliada que la motosierra libertaria, pero la usará respetando la línea imaginaria del respeto con la Casa Rosada. “Quien no salga a defender este escudo, este frente y esta gestión, no van a tener una segunda oportunidad”, reiteró el gobernador como una manera de encolumnar a los referentes de las distintas localidades de la provincia. “Nos conocemos todos; los vemos caminar y sabemos el número que calzan. No hay margen para el error. O salimos todos o nos vamos todos. No va a quedar una semillita para crecer si no ganamos bien el 26 de octubre”, reafirmó el titular del Poder Ejecutivo y cabeza de lista de candidatos a diputados nacionales por Primero Tucumán.

Jaldo, sin embargo, ha cerrado un agosto para el recuerdo. Arrancó el octavo mes del año con la ejecución de obras en el Procrear II Provincial. Continuó con la habilitación de rutas provinciales emblemáticas, con el inicio de la obra de la Línea de Alta Tensión Doble Terna de 132 kV “El Bracho-Villa Quinteros”, que requerirá de una inversión de U$S 65 millones, y cerró el mes con la apertura de sobres licitatorios para la construcción del Acueducto de Vipos, obra clave para el suministro hídrico del Gran San Miguel de Tucumán, Tafí Viejo y Yerba Buena. Un dato no menor respecto de este último trabajo. Apenas se concretó el acto, la cuenta Comunicación de Presidencia de la Nación informó sobre el avance de ese proyecto. 

“La incorporación de nuevos requisitos en los procesos licitatorios, impulsados por el Gobierno Nacional, permitió ampliar la base de participantes y reducir los costos de la obra, asegurando mayor transparencia y competitividad”, expuso. Esa iniciativa también significó un cambio de operador en la provincia. El ministro de Obras y Servicios Públicos, Marcelo Nazur, cedió el pasaje de avión a su par de Economía, Daniel Abad, que ha pasado a concentrar más áreas del Ejecutivo, como Energía. Por eso, viajó de urgencia para estar el viernes último en Buenos Aires.

Es probable que Jaldo arranque la semana en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El gobernador espera que en las próximas dos semanas se defina el inicio de los trabajos de remodelación en el Aeropuerto Benjamín Matienzo, otra de las obras esperadas por su administración. Frente a tanta consideración de la gestión presidencial de Milei, el mandatario tucumano ajusta su discurso para no herir la institucionalidad y la buena relación entre Tucumán y la Casa Rosada. Cuentan que las puertas del edificio instalado en Balcarce 50 siguen abiertas para el tranqueño. Hay alianzas que los mileístas consideran necesarias y una de ellas es con Tucumán. Por eso, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y hasta el ministro de Economía, Luis Caputo, tienen el teléfono abierto para Jaldo, más allá de la puja electoral.

El peronismo tiene dos caras. La del policía bueno y la del policía malo. La que ejerce la mano de lana y la que embiste con la de hierro. Así fue entre Manzur y Jaldo. Así lo es entre la gestión provinical y la administración nacional. Son parte del todo.

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