Las consecuencias de la fiebre del oro

La sentencia contra Cerisola revive el debate sobre la administración de las utilidades mineras y deja abierta la incógnita sobre el destino de más de U$S300 millones ingresados en una década.

Las consecuencias de la fiebre del oro

Juan Alberto Cerisola comenzó a sentir la amarga hiel del destierro a partir de la condena a tres años y seis meses de prisión por incumplimiento de los deberes de funcionario público (un hecho) y como coautor de defraudación en perjuicio de la administración pública (UNT). Por las obras realizadas entre 2006 y 2009 en la UNT con plata de las utilidades de la minería.

Él dispuso que se hagan, según dijo, unas 100 obras en diferentes dependencias universitarias. Nuevas y refacciones. Fue acusado por presuntos sobreprecios e irregularidades en 13 de ellas.

En pocos días más, cuando el Tribunal Oral Federal dé a conocer los fundamentos, se sabrá por cuáles obras ha sido condenado, más otros detalles del fallo. Se presume que en la sentencia como coautor junto a su ex directora de Construcciones Universitarias, Olga Cudmani (condenada a 3 años y dos meses), y en la sentencia a su ex director de Inversiones y Contrataciones, Osvaldo Venturino (dos años de prisión en suspenso) se debe a una obra emblemática de esta acusación, la Casa Remis, donde se remodeló la Facultad de Derecho y se pagaron exageradas cifras de más. 

Al respecto, dijo en su testimonio el perito de la Corte Suprema Nacional, Francisco Guzmán: “se hallaron irregularidades en cada uno de los expedientes, había muchas ‘red flags’ o banderas que nos mostraban anomalías. En el trámite de una obra, cuantas más irregularidades tengamos, más posibilidades hay de corrupción o defraudación al Estado”.

“¿La estructura seré yo?”

El martes pasado, en sus palabras previas a la sentencia, Cerisola lanzó la idea de que no había estado solo, como si hubiera sido un chivo expiatorio. “He sido elegido yo para esta persecución penal. Me pregunto: ¿la estructura seré yo?”, dijo. La historia de la “corrupción o defraudación”, como dijo el perito Guzmán, se va a extender mientras haya apelaciones. El ex rector dijo que las haría y los fiscales y el querellante por la UNT van a esperar los fundamentos para saber qué camino seguir.

Mientras tanto, en la UNT está vedado, desde 2018, que se haga cualquier homenaje a Cerisola, como colgar su cuadro junto a los de los otros rectores en la sala del Consejo Superior. Su foto encuadrada está, cubierta por cortinas, en el despacho de un funcionario. Una resolución de 2018 de la ex rectora Alicia Bardón dice que “en caso de que la sentencia resultare finalmente condenatoria, el espacio correspondiente deberá quedar vacío sin mención de su nombre, como un recordatorio de la vergüenza por la indignidad de un ex Rector de la UNT”.

Ahora espera que se desenvuelvan los procesos ya enviados a juicio oral contra una veintena de empresarios que participaron en las 13 obras y contra Cerisola y Olga Cudmani por la falta de retenciones por unos $ 70 millones en obras. Y queda aún el proceso contra el ex secretario de Bienestar Estudiantil universitario Ramiro Moreno, filmado en una oferta de prebendas por votos a favor de la candidatura de Cerisola en 2010.

El 40% determinado por ley

En forma paralela a la sustanciación del juicio oral se fue desarrollando en la Universidad el debate sobre la ciudad universitaria, puesto que el origen y el sustento de todo lo que ocurrió en este proceso fue el uso de la plata -la tentación del oro- fuera de lo establecido por la ley 14.771, de creación de Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (YMAD) de 1958. Allí se establece que las utilidades de YMAD se repartirán un 60% para Catamarca y un 40% para la UNT, destinado a la terminación de la Ciudad Universitaria, conforme a los planos aprobados.

Cerisola incumplió el texto de la ley y fue acusado por cambiarlo mediante el acta del 2 de enero de 2008, donde se dio por terminada la Ciudad Universitaria y se dispone que YMAD entregue en adelante un 20% para otras universidades y un 20% para la UNT de libre disponibilidad. Con un plan de obras elaborado en su administración, Cerisola dio por concluida la Ciudad Universitaria proyectada para San Javier en 1948 por la administración del rector Horacio Descole y organizó una “ciudad universitaria siglo XXI”, centrada sobre todo en la capital. Pero lo hizo por fuera de la ley de obras públicas y lo cierto es que no terminó ni la del cerro ni la del “Siglo XXI”. Ahí están tratando de terminar las obras en Bioquímica, pendientes desde ese período 2006-2009. Se estima que ingresaron desde 2003 hasta 2014 (tiempo de auge de la Minera Alumbrera) al menos unos 300 millones de dólares, 110 de los cuales fueron a las otras universidades a partir del acta de 2008.

Ahora bien, el Consejo Superior en 2018 declaró nula el acta y pidió a la UNT que iniciara una causa penal contra YMAD para que se vuelva al 40% original dispuesto por la ley. Eso significa que todos los dineros que lleguen de la minería deberán ser destinados a “terminar la ciudad universitaria conforme a los planos aprobados”.

Ahí tiene dos problemas que ha explorado mucho en estos dos últimos años. Uno, tratar de demostrar que no había planos en su totalidad del proyecto del cerro. Para ello se investigaron los 2.400 planos y papeles hallados hace dos años en cajas de aire acondicionado. Otro, demostrar que geológica y ambientalmente es imposible hacer la ciudad universitaria en San Javier. Para ello se hicieron informes que se expusieron hace poco. La defensa de Cerisola pidió y logró que sean incorporados a la causa penal, porque coincidían con su argumentación.

No caer en la tentación

Finalmente, la UNT, mientras trata de resolver qué hacer con la obligación que le genera la ley con el porcentaje del 40% y conversa con Catamarca e YMAD, así como analiza cómo modificar la norma, dice que está depositando en plazo fijo todo lo que llega como utilidades mineras. No se sabe cuánta plata es. Pero mientras exista la traba legal no se puede usar, so pena de caer en la tentación de la fiebre del oro y en sus desviaciones, como le pasó a Cerisola.

Comentarios