TRABADO. Franco García remata ante la marca de Alejo Rodríguez. El delantero "santo" fue uno de los pocos que intentó desequilibrar. Matías Napoli Escalero, especial para LA GACETA
La noche en Floresta pedía un golpe de autoridad. La tabla lo exigía y la ilusión de seguir en la pelea por el primer lugar de la zona A también. Pero lo que entregó San Martín fue otra cosa: paciencia sin precisión, centros sin destino y un empate que sabe a poco.
En la recta decisiva del torneo, cada punto cuenta y lo de esta ocasión quedó más cerca de un retroceso que de una confirmación.
El “Santo” llegaba con la misión de sostener la diferencia con Deportivo Madryn y seguir a tiro de Atlanta. La victoria contra Deportivo Maipú había encendido una luz de esperanza gracias al carácter y al orgullo; algo que se pedía repetir. Sin embargo, lo que se vio en el estadio de All Boys fue un partido lento, trabado y sin claridad.
El duelo ya tenía un condimento especial antes del pitazo inicial: Mariano Campodónico volvía a Floresta, en donde había iniciado este mismo torneo al mando del “Albo”. Su ciclo había durado apenas unas cuantas fechas y estuvo marcado por la falta de resultados. El destino lo llevó ahora al banco visitante, con la responsabilidad de guiar a San Martín en la pelea grande.
Del otro lado, Aníbal Biggeri. Su llegada le dio a All Boys un perfil aguerrido: orden, intensidad y un rival incómodo para cualquiera. Lo volvió áspero, difícil de quebrar, aunque con un déficit que volvió a quedar expuesto: le cuesta horrores generar fútbol.
Ese contraste de estilos y de momentos ponía en juego mucho más que tres puntos: había también un duelo personal de entrenadores, con pasado inmediato compartido.
El arranque mostró a dos equipos midiendo fuerzas. San Martín fue el que más buscó, aunque sus intentos se diluyeron en centros sin dirección o jugadas que morían antes de lastimar a Roberto Ramírez, arquero del local. La primera amarilla para Matías García, a los 22 minutos, marcó el pulso de un partido cortado y sin fluidez.
La formación del “Santo” tuvo nombres claros para sostener la idea: Darío Sand en el arco, Guillermo Rodríguez y Juan Orellana firmes en la zaga, y arriba la combinación de Juan Cuevas, Franco García y Martín Pino.
Sin embargo, la fórmula se repitió sin variantes, con mucho tránsito de la pelota por el medio campo pero sin la chispa necesaria en los últimos metros.
El segundo tiempo arrancó con otra actitud del “Santo”, decidido a ir al frente. Aníbal Paz, la revelación del “Santo”, mostró destellos antes de irse reemplazado. Su historia es parte de la narrativa de este San Martín: forjado en San Pablo, campeón en su casa, paso fugaz por Argentinos del Norte y la chance de ponerse la camiseta del “Santo” a comienzos de este año. Un jugador que encarna la ilusión de los que llegan desde abajo, pero que anoche quedó atado a un trámite al que le faltó lo más lindo que tiene el fútbol: el gol.
Campodónico movió el banco recién pasados los 25 minutos, con el ingreso de Gonzalo Rodríguez y Mauro González saltaron a escena. Pero las variantes llegaron tarde y no cambiaron la historia.
All Boys inquietó con algunas apariciones aisladas de Julián Ceballos y de Agustín Gallo; aunque sin demasiado peso. San Martín, en cambio, cayó en un laberinto de pases hacia atrás y jugadas que se cortaban solas. Y de esa manera, el dominio territorial no se tradujo en peligro real.
En los últimos minutos, la desesperación fue más fuerte que la claridad. Los cambios de Cuevas y Franco García, a dos del cierre, no lograron modificar nada. La última alarma llegó a los 47, con un tiro libre al borde del área que pudo haber sentenciado la noche. Pero ahí el “Santo” zafó de milagro.
El empate dejó a San Martín sin margen de error
El 0-0 final dejó un sabor amargo. San Martín necesitaba ganar para sostener su ambición en la pelea por el ascenso, pero se encontró con un rival que lo enredó y lo obligó a jugar un partido que nunca pudo quebrar.
El “Santo” se marchó de Floresta con la bronca de haber dejado escapar una oportunidad valiosa. No fue derrota, pero tampoco triunfo. Fue un empate que no suma en la ilusión, que congela la tabla y que obliga a reaccionar de inmediato si se quiere llegar con vida a la recta final.
En el estadio de All Boys se vio un equipo que quiso, pero no pudo. Y en un torneo en el que los empates empiezan a pesar como derrotas, San Martín dejó escapar una oportunidad que no abundará en lo que resta del camino.






