Un descuido fatal: en tiempo de descuento, River dejó escapar la victoria en "La Fortaleza" de Lanús

El "Millonario" volvió a tropezar con la misma piedra: otra vez le empataron en el final. Montiel abrió el marcador y Castillo lo igualó.

CARTA DE GOL. Maximiliano Salas formará el tridente ideal de ataque que tiene Marcelo Gallardo, junto a Sebastián Driussi y Facundo Colidio. CARTA DE GOL. Maximiliano Salas formará el tridente ideal de ataque que tiene Marcelo Gallardo, junto a Sebastián Driussi y Facundo Colidio.

River Plate y Lanús ofrecieron un partido cargado de tensión y emociones cambiantes en La Fortaleza, donde la intensidad fue el sello de un encuentro que dejó sensaciones opuestas. El equipo de Marcelo Gallardo acarició el triunfo con el gol de Gonzalo Montiel, pero un descuido en el final le permitió a los locales igualar gracias al oportunismo de Rodrigo Castillo, que empujó la pelota en la última jugada del encuentro.

El arranque mostró al “Millonario” con decisión y ambición. A los dos minutos, Miguel Ángel Borja tuvo la chance más clara de abrir el marcador, tras un gran centro de Matías Galarza Fonda que superó a Nahuel Losada. El colombiano, sin marca y de frente al arco, remató alto y dilapidó lo que pudo ser un golpe de autoridad tempranero. Esa falla fue el anticipo de una noche en la que el “Colibrí” nunca logró conectarse con la red y terminó siendo reemplazado en el complemento.

El “Granate” respondió a los 12 minutos con una pelota cruzada que Franco Armani controló con solvencia, pero River siguió insistiendo. Galarza y Galoppo tuvieron disparos que se fueron desviados, reflejo de un dominio que careció de precisión en la puntada final. La historia comenzó a cambiar pasado el primer cuarto de hora: Lanús ajustó líneas, ganó confianza en la mitad de la cancha y empezó a lastimar con transiciones rápidas. A los 28’, Castillo encabezó un contragolpe y habilitó a Marcelino Moreno, que estuvo muy cerca de abrir la cuenta, pero su remate fue bloqueado justo a tiempo. Y sobre el final de la primera parte, Armani se convirtió en sostén con dos tapadas claves: primero ante un fuerte disparo de Moreno y después frente a un intento de volea de Marcich. El descanso encontró a River con dudas y a Lanús envalentonado.

La segunda mitad arrancó con un cambio estratégico. Gallardo mandó a la cancha a Maximiliano Salas en lugar de Borja, buscando frescura y precisión arriba. Y el delantero respondió rápido: a los 15' probó desde afuera y casi sorprende a Losada, que con esfuerzo desvió al córner. River necesitaba ese plus de audacia para torcer el rumbo.

El premio llegó a los 31’: “Juanfer” Quintero, con la calidad que lo caracteriza, envió un centro pasado. Galoppo, que pedía quedarse una jugada más antes de ser reemplazado, la bajó de cabeza con inteligencia. Allí apareció Gonzalo Montiel, proyectado como un nueve de área, para definir con precisión y abrir el marcador. Fue una celebración con sabor a desahogo.

Lanús, herido en su orgullo, buscó la reacción. Armani volvió a lucirse a los 47 minutos, cuando despejó con los puños un remate forzado de Watson. Sin embargo, la persistencia del local encontró premio en la última acción del encuentro. Un centro rasante fue desviado en el camino y le quedó servida a Castillo, que empujó la pelota al fondo de la red. Fue el 1 a 1 definitivo, que desató la euforia de los hinchas locales y dejó helados a los jugadores de River.

El final fue un contraste de emociones: para Lanús, el empate tuvo aroma a victoria por la manera en que lo consiguió; para River, fue un golpe duro que volvió a exponer falencias recurrentes, sobre todo la falta de contundencia. Borja, nuevamente sin puntería, terminó siendo el símbolo de una noche que parecía de alivio y terminó siendo de frustración.

El campeonato todavía es largo, pero los puntos que se escapan en partidos como este suelen tener peso en el balance final. River mostró momentos de control y personalidad, pero se quedó sin energías y sin eficacia. Lanús, en cambio, apostó a la fe hasta el último minuto y se llevó un premio que habla de su carácter.

River estuvo a segundos de llevarse tres puntos vitales en La Fortaleza, pero volvió a sufrir por la falta de efectividad en ataque y dejó escapar una victoria que parecía asegurada. Fue un empate que se sintió como derrota para los de Núñez.

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