EEUU rechazó una propuesta informal de Maduro que incluía su renuncia en dos años.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, autorizó la liberación de 13 presos políticos, entre ellos opositores y exfuncionarios venezolanos, en un intento por bajar la tensión ante reclamos internacionales. La medida se produce mientras el gendarme argentino Nahuel Gallo sigue detenido en Caracas.
Liberación de presos políticos en Venezuela
Según medios internacionales, la mayoría de los excarcelados había sido acusada de presunta corrupción en alcaldías manejadas por la oposición. Entre los liberados se encuentran ciudadanos con doble nacionalidad, incluyendo dos italianos, mientras que cinco recibieron arresto domiciliario.
Entre los excarcelados figuran el exdiputado Américo De Grazia y otros líderes de la oposición, como Víctor Jurado, Simón Vargas, Arelis Ojeda Escalante, Mayra Castro, Diana Berrío, Gorka Carnevalli y Margarita Assenzo. Por su parte, Nabil Maalouf, Valentín Gutiérrez Pineda, Rafael Ramírez, Pedro Guanipa y David Barroso recibieron medidas de casa por cárcel, según confirmó el dirigente Henrique Capriles.
“Hoy varias familias vuelven a abrazar a los suyos”, expresó Capriles, aunque advirtió que todavía permanecen detenidas muchas personas por motivos políticos.
Caso Nahuel Gallo: gendarme argentino sigue detenido
Mientras tanto, el gendarme argentino Nahuel Gallo continúa en detención en Caracas. Su esposa, María Gómez, denunció que su marido sufre una desaparición forzada, calificando la situación como un “crimen de lesa humanidad”.
Gallo fue acusado por el gobierno venezolano de espionaje y tentativa de golpe de Estado, aunque, según Gómez, nunca fue presentado ante tribunales competentes y las imputaciones surgieron tras la presión mediática sobre el caso.
“Desde el primer momento, Nahuel está siendo víctima de una desaparición forzada. Eso es un crimen de lesa humanidad, y es lo que venimos denunciando hace ya más de ocho meses”, afirmó Gómez a Radio Rivadavia.
Contexto internacional y político
La medida de Maduro llega en un momento de fuerte presión internacional por los presos políticos en Venezuela, buscando reducir tensiones con organismos internacionales y medios de comunicación extranjeros. La liberación parcial de opositores es interpretada como un gesto político, mientras el caso de Nahuel Gallo sigue generando preocupación en Argentina y en organismos de derechos humanos.







