La Eeaoc subraya que el riesgo de Dalbulus maidis no está en el trigo sino en el maíz “guacho”

Ante diversas versiones que empezaron a circular entre productores del NOA, técnicos de la entidad salieron a precisar datos sobre la chicharrita del maíz. “Ni se alimenta ni se reproduce en otros cultivos”.

EN DETALLE. Expertos en sanidad vegetal de la Eeaoc puntualizaron que Dalbulus maidis es un vector exclusivo de patógenos del maíz, ya que su ciclo biológico solo puede completarse en ese cultivo. EN DETALLE. Expertos en sanidad vegetal de la Eeaoc puntualizaron que Dalbulus maidis es un vector exclusivo de patógenos del maíz, ya que su ciclo biológico solo puede completarse en ese cultivo.
23 Agosto 2025

En los últimos días comenzó a circular entre productores y técnicos del Noroeste Argentino (NOA) la versión de que la chicharrita Dalbulus maidis estaría afectando cultivos de trigo en esa región. La preocupación no tardó en crecer, debido a que este insecto es conocido por su capacidad de transmitir enfermedades que golpean con fuerza el maíz.

Sin embargo, especialistas de la sección Zoología Agrícola de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) salieron a precisar la situación. “Esa información es técnicamente incorrecta y puede desviar la atención del verdadero foco de riesgo”, advirtieron los expertos en sanidad vegetal. Trascartón, detallaron que Dalbulus maidis es un vector exclusivo de patógenos del maíz, ya que su ciclo biológico solo puede completarse en Zea mays.

Durante los meses fríos de otoño y de invierno, cuando ya no quedan lotes de maíz en pie, este insecto puede encontrarse en cultivos como trigo u otros cereales invernales. Sin embargo, aclararon: “Allí no se alimenta ni se reproduce. Su presencia es meramente transitoria. Utiliza esos cultivos como refugio temporal, pero no hay condiciones para que incremente sus poblaciones”, remarcaron los técnicos de la Eeaoc.

A la espera

En otras palabras: que la chicharrita se observe en el trigo no significa que esté afectando ese cultivo. Lo que hace es simplemente esperar hasta encontrar nuevamente plantas de maíz donde continuar su ciclo.

Los técnicos destacaron, además, que la importancia de Dalbulus maidis no radica en el daño directo que pueda causar el insecto, sino en su papel como vector de enfermedades. Explicaron que transmite un complejo patosistémico integrado por cuatro patógenos: los molicutes Spiroplasma kunkelii y el fitoplasma del maíz; y los virus MRDV (Maize rayado fino virus) y MCMV (Maize chlorotic mottle virus).

“Este conjunto de agentes patógenos tiene un impacto muy severo sobre el cultivo de maíz. Puede reducir los rendimientos de manera significativa, comprometer la sanidad de la campaña y, en casos extremos, provocar pérdidas totales de lotes”, indicaron.

E insistieron con lo que realmente preocupa: los maíces voluntarios. “El verdadero riesgo fitosanitario -remarcaron los especialistas de la Eeaoc- está en la aparición de maíces voluntarios o ‘guachos’; es decir, aquellas plantas que emergen de granos caídos durante la campaña anterior, muchas veces luego de lluvias otoñales”, explicaron.

Estos maíces voluntarios sí constituyen un problema serio porque ofrecen alimento a la chicharrita; brindan un sustrato reproductivo, donde el insecto puede multiplicarse, y mantienen activo el ciclo epidemiológico de los patógenos que transmite.

En ese sentido, la recomendación técnica fue clara y contundente: “Resulta fundamental intensificar el monitoreo y eliminar los maíces guachos en zonas endémicas. Solo de ese modo se interrumpe la continuidad del vector y se reduce la presión de inóculo de las enfermedades”, sostuvieron.

La campaña actual

Los técnicos también hicieron referencia al presente agrícola. Señalaron que, en el marco de la actual campaña -marcada por siembras tempranas-, la incidencia de Dalbulus maidis se mantiene en niveles bajos y auspiciosos; en especial, en las regiones centro, núcleo y litoral del país.

Este panorama resulta alentador, pero no debe llevar a la confianza excesiva. “La clave está en sostener las medidas preventivas y en realizar los monitoreos sistemáticos. El manejo temprano y oportuno del vector resulta decisivo para minimizar riesgos sanitarios y para garantizar un inicio de ciclo productivo favorable”, subrayaron los especialistas de la sección Zoología Agrícola de la Eeaoc.

Finalmente, hicieron un llamado a la prevención, a la vez que remarcaron que el trabajo conjunto entre productores, asesores y entidades técnicas resulta fundamental para enfrentar este desafío. “El foco no está en el trigo ni en otros cereales invernales, sino en los maíces voluntarios. Allí debe concentrarse la vigilancia y el manejo. Si logramos cortar esa cadena, podremos disminuir la presión de la chicharrita y sus patógenos sobre el cultivo de maíz”, concluyeron.

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