Miles siguieron la expedición al fondo del mar: un llamado a comunicar la ciencia

CON “COLITA”. A la estrella de mar la bautizaron, con humor, “Patricio”. CON “COLITA”. A la estrella de mar la bautizaron, con humor, “Patricio”.
24 Agosto 2025

Durante el mes de julio, miles de argentinos siguieron con entusiasmo la transmisión en vivo de una expedición científica al fondo marino, impulsada por investigadores del Conicet con apoyo internacional. El evento, que capturó la atención de grandes y chicos, fue destacado por Alejandro Diego Brown, titular de la Fundación ProYungas, como un ejemplo claro del profundo interés social por el conocimiento, la exploración y la ciencia accesible.

"Durante varias semanas la gente se deleitó con imágenes inéditas para ellos de formas marinas que nunca habían visto", afirmó Brown, subrayando el impacto que tuvo la experiencia en el público general, que llegó incluso a ponerle nombres y apodos a las criaturas submarinas. Según el especialista, este fenómeno revela la necesidad de romper con una rutina "muchas veces aplastante y desestimulante" y demuestra cómo la ciencia puede ofrecer una vía de conexión positiva con el mundo natural.

Para Brown, el evento puso de relieve "la importancia de la comunicación de la ciencia de una manera asequible al público", destacando que la iniciativa fue acompañada por opiniones autorizadas y presentaciones desde una óptica constructiva, alejadas del dramatismo. "Por suerte y por dicha, esta vez no tuvimos que sufrir", señaló.

El especialista también reflexionó sobre el porqué de la respuesta emocional del público: "Creo que estimuló ese afán descubridor de los humanos: descubrir nuevos mundos, los secretos, lo que se ve por primera vez". En esa línea, hizo hincapié en que existen también "mundos ocultos" por explorar cerca nuestro, como el interior de una selva o la microfauna del suelo, espacios que siguen esperando una mirada mediática como la que se dio al fondo marino.

Además del impacto científico y emocional, Brown destacó el valor simbólico del evento en un contexto de crisis para las instituciones de investigación en el país. "Toda esta ocasión mediática fue aprovechada para poner en el tapete la importancia del quehacer y la formación científica en la Argentina", remarcó.

La elección de la Fosa de Mar del Plata como escenario de la transmisión también abrió debates. Para Brown, es importante desmitificar la supuesta contradicción entre producción y conservación. “No se trata de ‘romper todo’ o conservar todo. Se trata de conocer, planificar y utilizar razonablemente los recursos naturales”, explicó, señalando que ya existen en el país experiencias donde la producción se articula con la preservación ambiental, con apoyo académico y de la sociedad civil.

Finalmente, Brown llamó a replicar este tipo de iniciativas en otros ecosistemas del país. "Tenemos en muchas regiones de Argentina ambientes exuberantes, ricos en biodiversidad, bastante conocidos por la ciencia, pero que hasta ahora no se han explorado formas como la del fondo marino para darles un tratamiento mediático que la sociedad reclama", dijo.

El evento, según Brown, evidenció “el apetito social por las buenas noticias” y dejó en claro que “no es necesario romper todo”, sino construir conocimiento colectivo con “información, optimismo y voluntad de trabajar juntos”.

Citó, para cerrar, una estrofa de la canción El Escaramujo como una síntesis poética de este espíritu: “Si saber no es un derecho, seguro será un izquierdo (…) soy el destino del mar, soy un niño que pregunta”.

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