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En la Argentina, ocho de cada diez personas dicen que prefieren vivir en democracia antes que bajo cualquier otra forma de gobierno. El dato, que podría sonar alentador, esconde matices: la valoración desciende cuando se consulta por su funcionamiento real.
El informe “Los argentinos, la democracia y el poder presidencial”, elaborado por Pulsar UBA dentro de la serie Creencias Sociales 2025, indaga cómo se vinculan las personas con el régimen democrático y qué tan dispuestas están a aceptar cambios en sus reglas. La encuesta, realizada entre el 27 de mayo y el 4 de junio a 1.252 personas mayores de 18 años, confirma que la legitimidad del sistema convive con un desencanto sostenido sobre su rendimiento.
MUESTRA NACIONAL. El relevamiento incluyó 1.252 casos en todo el país con cobertura federal y un margen de error de 2,8% / INFORME DE CREENCIAS SOCIALES 2025, REALIZADO POR LA UBA
La muestra, de carácter probabilístico y cobertura nacional, incluyó relevamientos telefónicos y domiciliarios en todas las regiones del país, incluido el NOA.
Una brecha que no se achica
Cuando se pregunta cuán importante es vivir en un país gobernado democráticamente, la respuesta es clara: el promedio es de 9,3 sobre 10. Sin embargo, la calificación sobre cuán democrática es realmente la Argentina baja a 6,47.
VALORACIÓN DEMOCRÁTICA. Los argentinos califican con un puntaje alto la importancia de vivir en democracia, pero mucho más bajo su funcionamiento real / INFORME DE CREENCIAS SOCIALES 2025, REALIZADO POR LA UBA
Esa diferencia no responde tanto a cuestiones generacionales o socioeconómicas como a la simpatía política: quienes apoyan al oficialismo actual valoran mejor la situación democrática, mientras que los opositores tienden a calificarla más bajo. El fenómeno, que los investigadores describen como una “evaluación contingente”, indica que la percepción de la democracia depende más de quién gobierna que de factores institucionales.
INTERÉS POLÍTICO. Quienes muestran más interés en la política también dan una valoración más alta a la democracia en Argentina / INFORME DE CREENCIAS SOCIALES 2025, REALIZADO POR LA UBA
Entre quienes tienen alto interés en la política, el promedio de valoración democrática se acerca más al ideal, mientras que en los menos interesados crece la apatía y el escepticismo.
Democracia según la vereda política
La encuesta revela que el voto condiciona fuertemente la evaluación del sistema. Simpatizantes del peronismo, Juntos por el Cambio o La Libertad Avanza difieren en varios puntos, desde la nota que ponen a la democracia hasta la tolerancia frente a medidas presidenciales excepcionales.
SIMPATÍA PARTIDARIA. La percepción sobre cuán democrática es la Argentina cambia según la afinidad política de cada persona / INFORME DE CREENCIAS SOCIALES 2025, REALIZADO POR LA UBA
Los datos muestran que estas diferencias se mantienen estables en el tiempo, lo que sugiere que la polarización también se traduce en cómo se mide la calidad democrática.
Apoyo firme, pero no incondicional
Ocho de cada diez personas dicen que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno. La adhesión creció en los últimos tres años, reforzando una cultura democrática de base. Sin embargo, cuando se pregunta si un Presidente debería terminar su mandato incluso sin dar resultados, la paciencia disminuye.
Más de la mitad (62%) defiende que un gobierno democrático complete su período, pero el 36% cree que, si no hay soluciones, debería ser reemplazado antes.
MANDATO Y EFICACIA. Más de la mitad cree que un Presidente debe terminar su mandato aunque no logre resultados. / INFORME DE CREENCIAS SOCIALES 2025, REALIZADO POR LA UBA
Libertades y límites al poder
El informe incluyó una batería de preguntas sobre principios republicanos: desde el derecho a manifestarse hasta el rol del Congreso y la Justicia. La mayoría absoluta (84%) considera que las protestas deben respetarse incluso si no se coincide con el reclamo.
La idea de que el gobierno vaya a funcionar mejor si a las decisiones las toman expertos en lugar de políticos divide aguas: el 53% está de acuerdo y el 43% en desacuerdo.
En cambio, el apoyo a que el Presidente frene medidas del Congreso si afectan su plan de gobierno es minoritario, aunque más alto entre los votantes oficialistas.
PROTESTA SOCIAL. La gran mayoría defiende el derecho a manifestarse incluso si no coincide con el reclamo / INFORME DE CREENCIAS SOCIALES 2025, REALIZADO POR LA UBA
¿Ciudadanía para todos?
Uno de los puntos más polémicos del relevamiento es la aceptación del voto calificado: tres de cada diez encuestados creen que las personas poco informadas no deberían votar. Aunque el principio de igualdad política sigue siendo mayoritario, un tercio lo cuestiona.
También hay un cuarto de la población que avala suspender temporalmente derechos en situaciones que el Gobierno considere críticas y un 22% que aceptaría que el Presidente no cumpla un fallo judicial si este estuviera influenciado políticamente.
Cuatro perfiles de cultura política
Los investigadores clasificaron las respuestas en dos ejes: democracia (adhesión al sistema y rechazo a restringir el voto) y republicanismo (defensa de las instituciones y límites al poder). De esa combinación surgen cuatro grupos:
- Cesaristas Elitistas: toleran excepciones y priorizan la eficacia por sobre los contrapesos.
- Cesaristas Demócratas: defienden el sufragio universal, pero aceptan decisiones excepcionales.
- Republicanos Elitistas: valoran las instituciones pero restringen la participación.
- Republicanos Demócratas: combinan apoyo pleno a la democracia con una defensa férrea de los límites al poder presidencial.
La mayor proporción corresponde a los Cesaristas Demócratas (35%), seguidos por los Republicanos Elitistas (27%), Cesaristas Elitistas (22%) y Republicanos Demócratas (16%).
PERFILES POLÍTICOS. El estudio identifica cuatro tipos de cultura política según la adhesión a la democracia y a las reglas republicanas / INFORME DE CREENCIAS SOCIALES 2025, REALIZADO POR LA UBA
El estudio confirma que la democracia sigue siendo el sistema preferido por la gran mayoría de los argentinos, pero también que las reglas y principios republicanos no son inamovibles para todos. La simpatía política, la urgencia por soluciones y la percepción de eficacia marcan el pulso de cuánto se está dispuesto a ceder en materia de derechos y contrapesos.








