Foto de Benjamín Papaterra/LA GACETA.
Ramón Véliz tiene más de 70 años, es jubilado, pero nada de eso lo detiene para seguir a Atlético a donde juegue. Este martes, en la previa del partido por Copa Argentina frente a Newell’s, colgó en la tribuna preferencial del estadio Padre Ernesto Martearena una bandera muy especial: el rostro de “Don Ramón” del Chavo del 8, sobre el cuerpo del ídolo Luis Miguel “Pulga” Rodríguez.
La historia de la bandera tiene raíces personales. “Siempre tuve el apodo de Don Ramón. Incluso mi kiosco, que estaba pegado a la facultad de Bioquímica, se llamaba así. Con el tiempo, y después de seguirlo a Atlético a todos lados, decidí hacer esta bandera con ayuda de Mario Albarracín, que trabaja con todas las cuestiones gráficas”, contó, enfundado en la camiseta, bufanda y gorro celeste y blanco.
Véliz muestra con orgullo -y algo de bronca- su recibo de jubilación: $374.676. “No te alcanza ni para cargar la tarjeta Ciudadana”, dice, entre risas y resignación. Este viaje, asegura, fue más sacrificado que otros: no pudo venir con su hijo en auto, así que tomó un colectivo solo, con un paquete de sánguches que terminó dejando en la mochila. “Estoy con mucha hambre”, confesó.
El periplo tuvo una sorpresa desagradable al llegar a Salta. “Quise usar la Sube, que es la que usamos en casi todo el país, pero acá no anda esa tarjeta. No lo podía creer. Pero, pese a todo eso, estamos acá, alentando a Atlético”, contó.
Entre carencias, banderas originales y un amor inquebrantable, Ramón confirma que el fútbol, para muchos, es mucho más que un juego: es la excusa perfecta para seguir soñando.







