

Cada 17 de agosto, la Iglesia católica celebra en su santoral a San Jacinto de Cracovia, sacerdote dominico y uno de los grandes evangelizadores de Europa oriental durante el siglo XIII. Nacido hacia 1185 en la actual Polonia, Jacinto provenía de una familia noble y estudió en las universidades de Cracovia y Bolonia. En Roma conoció a Santo Domingo de Guzmán y se unió a la naciente Orden de Predicadores.
Su labor misionera lo llevó a recorrer Polonia, Lituania, Rusia y otras regiones, fundando conventos y extendiendo la fe en zonas aún poco cristianizadas. La tradición cuenta que, durante una invasión tártara a Kiev, salvó de un incendio el Santísimo Sacramento y una imagen de la Virgen, huyendo milagrosamente con ambos objetos.
Falleció en Cracovia el 15 de agosto de 1257, y fue canonizado en 1594. Es patrono de Polonia, Lituania y de quienes emprenden viajes misioneros.
El santoral del 17 de agosto recuerda también a San Mamante, mártir; Santa Clara de Montefalco y San Elías el Joven.







