¿Cuánto tiempo debe durar una siesta para que sea realmente efectiva? Esto dice un estudio de la NASA

Un estudio evaluó cuál es el impacto de pequeños descansos en la productividad del trabajo

Los beneficios de la siesta según la NASA. LA SEXTA Los beneficios de la siesta según la NASA. LA SEXTA
12 Agosto 2025

La siesta, esa práctica ancestral arraigada en muchas culturas y en provincias del interior de Argentina, vivió un resurgir en el mundo moderno. Lejos de ser un signo de pereza, hoy la ciencia la considera una herramienta poderosa para mejorar la salud y la productividad. Con un ritmo de vida cada vez más agitado, muchas personas se preguntan cómo sacar el máximo provecho de este breve descanso. Para ello, es crucial entender cuánto debe durar una siesta, cuál es el mejor momento para tomarla y, sobre todo, cómo integrarla en nuestra rutina sin que perjudique el descanso nocturno. La clave está en el equilibrio, transformando la siesta de un simple hábito en una estrategia para el bienestar.

La NASA se convirtió en una de las primeras entidades en analizar la siesta con rigor científico. En la década de los 90, la agencia espacial llevó a cabo una investigación con pilotos de larga distancia para medir la efectividad de un breve descanso en la mejora del rendimiento. El estudio dividió a 21 tripulantes en dos grupos: uno que tomaba una siesta planificada de 40 minutos y otro que continuaba con sus actividades habituales. Los resultados fueron contundentes: el grupo que durmió demostró un mejor rendimiento y una mayor alerta en las fases más críticas del vuelo, como el descenso y el aterrizaje. La conclusión fue clara: un descanso estratégico es crucial para mantener la concentración en entornos de alta exigencia.

El estudio de la NASA no solo validó la siesta, sino que también precisó su duración ideal. Los pilotos que descansaron lograron dormir un promedio de 25,8 minutos. Este breve lapso resultó ser perfecto para recargar energías sin caer en un sueño profundo, lo que evitaba la sensación de aturdimiento al despertar. Este hallazgo fue fundamental porque demostró que la siesta no interfiere con el sueño nocturno, siempre y cuando se controle su duración. En lugar de perjudicar el descanso de la noche, una siesta corta actúa como un complemento que aumenta la alerta y la capacidad de reacción durante el día.

Los hallazgos de la NASA abrieron la puerta a la posibilidad de integrar la siesta en otros contextos laborales. Si la siesta es efectiva para pilotos que manejan operaciones de vuelo críticas, también puede serlo para cualquier persona que necesite mantenerse alerta y productiva. La clave está en crear un protocolo de descanso que minimice la interrupción y maximice los beneficios.

Pero los beneficios de la siesta van más allá de la productividad. Investigaciones en universidades como la de Georgetown hallaron que la siesta estimula la creatividad, activando la zona del cerebro asociada con las ideas. Además, el Allegheny College de Pensilvania determinó que las siestas de 30 a 40 minutos pueden disminuir la presión arterial, ofreciendo un efecto cardioprotector y reduciendo hasta en un 40% las probabilidades de sufrir un infarto. Y para quienes buscan un cerebro sano y más grande, un estudio del University College de Londres (UCL) demostró que el hábito de la siesta puede retrasar el envejecimiento cerebral entre tres y seis años.

Cuáles son los riesgos de una siesta prolongada y cómo empresas como Google la aplican

Si bien las siestas cortas son muy beneficiosas, las prolongadas pueden ser perjudiciales. Expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) advierten que dormir más de 30 minutos puede llevarnos a un sueño profundo. Al despertar de esta fase, es común sentir la temida “inercia del sueño”, esa sensación de aturdimiento que afecta la concentración y el rendimiento. Por eso, las siestas largas están asociadas con problemas como la obesidad, la hipertensión arterial y un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

A pesar de estos riesgos, la siesta se está instalando en el mundo laboral como una herramienta de bienestar. Empresas como Google y Uber fueron pioneras en esta tendencia, ofreciendo espacios relajados para que sus empleados tomen "energy pods", unas sillas reclinables con música relajante que los ayudan a descansar. En Argentina, Arredo también se sumó a la iniciativa, instalando siestarios en sus oficinas. Esta nueva cultura empresarial reconoce que un descanso breve no es un capricho, sino una inversión en la salud de los empleados, lo que, a su vez, se traduce en una mayor innovación, productividad y un ambiente de trabajo más positivo.

Tips para una siesta perfecta y aprovecharla al máximo

Para que una siesta sea realmente efectiva, hay que tener en cuenta algunos factores. La duración ideal es entre 15 y 30 minutos, ya que este lapso permite que el cerebro se recupere sin entrar en un sueño profundo. Configurar un temporizador es una forma simple de evitar que la siesta se extienda de más.

El momento del día también es crucial. Los expertos recomiendan tomar la siesta entre la 1 y las 3 de la tarde, un período que coincide con el descenso natural de la energía de nuestro ritmo circadiano. Evitar las siestas después de las 3 p.m. es fundamental para no interferir con el sueño nocturno. Finalmente, el entorno ideal debe ser oscuro, silencioso y con una temperatura agradable, lo que facilita la relajación.

La siesta puede ser una aliada poderosa para tu bienestar, siempre y cuando la utilices de manera estratégica. Se trata de un complemento para el sueño nocturno, no de un reemplazo. En definitiva, un descanso corto y bien planificado es la clave para recargar la mente, potenciar tu rendimiento y enfrentar el día con energía renovada.



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