Polémica por los cambios en la Fórmula 1 de cara a la temporada 2026

El reglamento técnico definitivo sigue sin cerrarse a pocos meses de los ensayos en Barcelona.

Polémica por los cambios en la Fórmula 1 de cara a la temporada 2026
12 Agosto 2025

La Fórmula 1 se encamina hacia un cambio de era en 2026, pero la expectativa viene acompañada de dudas y preocupaciones. Los ingenieros trabajan contrarreloj para adaptarse a los nuevos parámetros de diseño que impondrá la Federación Internacional del Automóvil (FIA), con monoplazas más pequeños, neumáticos más estrechos y un tren motriz híbrido que deberá funcionar con combustibles sintéticos para reducir las emisiones contaminantes.

El desafío técnico es enorme. Según fuentes del paddock, la futura unidad de potencia podría verse limitada en algunos trazados debido a la dificultad de recargar las baterías del sistema MGU-K, lo que afectaría tanto el rendimiento como la seguridad. A seis meses de las primeras pruebas en Barcelona, el 31 de julio la FIA publicó la versión número trece del reglamento técnico, confirmando que la normativa sigue en revisión constante y generando incertidumbre entre los equipos.

La definición de este nuevo concepto de monoplaza ha contado con la influencia directa de altos ejecutivos de la industria automotriz, que buscaron equilibrar la energía térmica y eléctrica en los propulsores. El objetivo, ambicioso desde el inicio, ha derivado en ajustes repetidos para adaptarse a las limitaciones técnicas, dejando en entredicho la posibilidad de alcanzar los 1.000 caballos de potencia que se habían proyectado.

El presidente de la FIA, Mohammed ben Sulayem, ha aprovechado el debate sobre el futuro reglamento como parte de su estrategia política, incluso sugiriendo un hipotético retorno a los motores V8 con sistema KERS, una idea que contrasta con la transición hacia tecnologías más limpias que él mismo impulsa.

Las nuevas especificaciones incluyen una reducción de 30 kilos en el peso, una menor distancia entre ejes y una anchura más estrecha. Aunque las llantas conservarán las 18 pulgadas, su superficie será más reducida, afectando la adherencia. El DRS desaparecerá, dando paso a alerones móviles en ambos extremos del coche, mientras que la carga aerodinámica se reducirá en al menos un 20%. Esta modificación obligará a los pilotos a exhibir mayor destreza, especialmente en curvas rápidas.

Uno de los objetivos clave es mejorar el rebufo para facilitar adelantamientos, algo que ya se intentó en 2022 con el efecto suelo. Sin embargo, la historia muestra que los equipos siempre encuentran maneras de recuperar carga aerodinámica, aunque sea en detrimento de la limpieza del aire que sigue a los coches. La configuración Rake, famosa por el dominio de Red Bull, volverá a escena, y los pontones laterales mantendrán una línea similar a la actual, aunque persisten dudas sobre la adopción de un chasis tan extremo como el vigente.

En paralelo, Ferrari avanza en sus pruebas con un coche muleto adaptado a las gomas Pirelli 2026, mientras que figuras como Adrian Newey, ahora en Aston Martin, ven oportunidades donde antes solo había críticas. Todo indica que, cuando los nuevos monoplazas rueden en pista, la Fórmula 1 vivirá uno de sus cambios más radicales de las últimas décadas.

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