En plena crisis futbolística e institucional de Boca Juniors, Juan Román Riquelme rompió con una de las estructuras más firmes de su gestión: decidió disolver el Consejo de Fútbol. Tras una reunión con la dirigencia, Mauricio Serna y Raúl Cascini optaron por dar un paso al costado y rechazaron ser reubicados en otras áreas del club. El único que continuará es Marcelo Delgado, quien concentrará varias funciones.
Después de más de cinco años como órgano clave en la toma de decisiones deportivas, el Consejo dejó de existir. Se espera que Boca oficialice en las próximas horas esta determinación que cambia el rumbo del club. Por primera vez desde que asumió la conducción, Riquelme pateó el tablero y tomó una medida drástica en un momento adverso: la eliminación de una estructura que había sido casi intocable.
La reaparición pública del presidente, sin sus habituales acompañantes, alimentó aún más los rumores. Con el mate bajo el brazo, Román se mostró este martes en el predio de Ezeiza para ver el clásico de Reserva contra Racing, que terminó en derrota por 1-0 para el equipo de Mariano Herrón. A su lado solo estuvo Blas Giunta, coordinador de las Inferiores, mientras que brillaron por su ausencia Cascini, Serna y Delgado.
Sin un horizonte claro, y con un clima caldeado en las tribunas y redes sociales, el ídolo quedó en el centro de las críticas. Incluso Miguel Ángel Russo reconoció públicamente el mal momento del club. En este contexto, la decisión de remover al Consejo representa un cambio profundo en la forma de gestionar.
¿Una medida para alivianar las cargas?
Desde adentro del club, algunos dirigentes aseguran que esta medida busca darle un nuevo aire al área deportiva, con un equipo más reducido y directo, que permita mayor rapidez en las decisiones. La figura de Delgado se fortalece, ya que mantiene una relación cercana y de confianza con Riquelme que podría ser clave para los próximos movimientos.
Sin embargo, el fanático sigue expectante y crítica, exigiendo resultados inmediatos y claridad en el proyecto deportivo. El desafío para Riquelme y su nuevo esquema será reconducir la situación, recuperar la confianza y devolver a Boca a la senda del triunfo, un camino que parece cada vez más urgente y necesario.







