El tiempo de las definiciones se aproxima. Es probable que el “factor sorpresa” no se asome por el bunker oficialista. Osvaldo Jaldo toma mates en Río Colorado, como aquellos dirigentes que creen que sólo hay que esperar hasta el turno electoral para saber qué piensa la sociedad de su administración de Gobierno. En los últimos días fueron más públicos sus discursos y sus arengas ante los referentes territoriales. A todos ellos les reiteró que no hay 27 sin 26 y que el día después del cuarto domingo de octubre, otro será el cantar. La lista está prácticamente sellada. Así se cierran las especulaciones, esas que apuntaban a que Juan Manzur sería el tercero en la nómina del Frente Tucumán Primero. Los sondeos no le sonríen al senador nacional. También se barajó la posibilidad de una avanzada libertaria, como la que se registró en Chaco, en la que el gobernador radical Leandro Zdero tuvo que aliarse con Javier Milei para consolidar el triunfo electoral en las elecciones legislativas del distrito litoraleño. El entrerriano Rogelio Frigerio y el mendocino Alfredo Cornejo son otros de los posibles socios de La Libertad Avanza. ¿Y Jaldo? “No hay ninguna posibilidad de cambiar el eje de la coalición oficialista tucumana”, remarcó uno de los hombres de confianza del mandatario tucumano. El promotor del avance libertario es Eduardo “Lule” Menem. No hubo necesidad de volar hacia Tucumán. De todas maneras, la mano derecha de la secretaria general de la Presidencia y titular de La Libertad Avanza (LLA), Karina Milei, tiene aceitados contactos con la Casa de Gobierno.
Los gobernadores están levantándose ante el poder central. La Casa Rosada está tomando nota de que el discurso duro no suma, mucho menos las embestidas verbales del propio Milei contra esos mandatarios provinciales. Con Chaco, Entre Ríos, Mendoza y Ciudad Autónoma de Buenos Aires no alcanza para consolidar el poder en octubre. En la provincia de Buenos Aires se dará la madre de todas las batallas. De todas maneras, la reacción política se está dando de norte a sur y de este a oeste en la Argentina.
“La liga del azúcar”
En esta ciudad se consolidó “la liga del azúcar”. En el centro-oeste, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos vislumbran otro eje de poder. Pero luego, se fue acoplando a un frente más amplio, que se presentó como “grito federal”, conformado por Maximiliano Pullaro (UCR-Santa Fe); Ignacio Torres (PRO-Chubut), Carlos Sadir (UCR-Jujuy) y Claudio Vidal (PJ-Santa Cruz) y que, de cara a octubre, puede llegar a denominarse “Provincias Unidas”.
El lunes último, Jaldo recibió llamados de sus pares de la “Liga del Cobre”, convocados en San Juan, tras difundirse el duro mensaje del tucumano contra el Presidente. Ellos también abonan la teoría de la peluquería. Además del local Marcelo Orrego, estuvieron Cornejo (Mendoza); Raúl Jalil (Catamarca); Sadir y Gustavo Sáenz (Salta). Éste último, como sucedió en Tucumán cuando se encontraron con el jujeño y el tucumano en una cumbre de biocombustible, llevó la voz cantante de la cumbre. “No alcanza con el equilibrio fiscal, también se necesita un equilibrio institucional: un presidente que trabaje con los gobernadores”, exclamó el salteño a modo de aviso hacia la Casa Rosada.
El poder tiene dos caras. El discurso, también. Es el juego del equilibrio político e institucional. El Gobierno nacional cerró los grifos financieros a las provincias, y los gobernadores respondieron con el grito federal. Es probable que hoy esa pulseada llegue al Congreso, con el tratamiento en la Cámara de Diputados de los proyectos que impulsan la reforma en la distribución del impuesto a los combustibles y la coparticipación de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Sobre este punto, el ministro de Economía, Daniel Abad, le dijo a LA GACETA que Tucumán no es una de las provincias más favorecidas por la Nación. La relación se sustenta en un acompañamiento mutuo en iniciativas institucionales, argumentó. Desde Buenos Aires se esgrime que hay goteo extra para la provincia. Sin embargo, los últimos $ 3.500 millones en ATN son una gota en el océano presupuestario de un distrito que requiere más de $ 3,2 billones al año para sostenerse. La cuestión de fondo pasa por cumplir con las promesas realizadas para que Jaldo comience a cortar cintas en obras de infraestructura de peso para su gestión (hídricas y de electricidad) antes de que el verano encuentre a Tucumán con problemas de abastecimiento, debido a las elevadas temperaturas.
“La pelea no es sólo por plata...pero fundamentalmente es por plata”, esgrime un reconocido politólogo nacional respecto de la puja de poder entre Nación y las provincias. Está más que claro que la nueva economía política de la Argentina pasará de la Pampa Húmeda hacia la zona árida, allí donde está radicada Vaca Muerta. Ese es el proyecto que más impulsa Milei. Los “levantamientos” del interior productivo sirven para exponer, nuevamente, la discusión sobre la ruptura de las históricas asimetrías. O de las compensaciones a regiones que siempre estuvieron postergadas por la Casa Rosada. Si por allí pasan las reformas estructurales, bienvenida sea la iniciativa. De otro modo, la concentración será mayor, más evidente.
En poco más de dos meses, los argentinos volverán a las urnas por la renovación parcial de la composición legislativa en el Congreso. Jaldo se siente candidato, aunque le quedarán dos años más para completar el mandato. La testimonialidad es signo de estos tiempos. El gobernador está convencido que él debe ser el que ponga la cara en la boleta, apoyado por algunas encuestas privadas. De todas maneras, el mandatario tucumano espera uno en particular, cuyos resultados los conocerá en los próximos días. El sociólogo Hugo Haime volvió a la Casa de Gobierno y sus datos pueden ser fundamentales para definir la lista. Hasta anoche estaban listos los números de capital y parte del interior. Faltan algunos detalles de la encuesta que suele hacer en todo el territorio provincial. En la Casa de Gobierno respiran con cierto alivio. Aducen que, con el peronismo unido, será más fácil alcanzar los resultados buscados. Lo que más favorece al frente Tucumán Primero es que la oposición sigue atomizada y que no hay atisbos de unidad. Esto inquieta a Buenos Aires, que espera -como el mejor resultado- obtener dos de las cuatro bancas en disputa en la elección del 26 de octubre.
Jaldo ha dejado más que claro que trazará una línea divisoria al día siguiente. El gobernador premiará a aquellos dirigentes que obtuvieron los resultados prometidos, pero castigará a los otros que no muevan el amperímetro electoral. No habrá grises. Lo dijo este fin de semana en San Isidro de Lules cuando remarcó que en Partido Justicialista no hay lugar para los tibios. Muchos de los presentes esbozaron que el palo iba para el vicegobernador Miguel Acevedo, que no estuvo en estos días en la provincia, y también para la intendenta capitalina Rossana Chahla, que está de viaje. Jaldo sólo apela al lenguaje gauchesco para explicar qué es lo que quiso decir con eso: “al que le quepa el sayo que se lo ponga”. El comisario sigue de campaña vespertina por el interior profundo, tomando mates en cada localidad que recorre. Antes, durante y después de las elecciones, su contacto seguirá siendo el mismo con la Casa Rosada, más allá del doble discurso, el político y el institucional.










