Franco Colapinto busca ser consistente, gracias a una mejora del Alpine

Largará 14° en el GP de Hungría, para el cual Leclerc hizo una inesperada pole con Ferrari

Franco Colapinto busca ser consistente, gracias a una mejora del Alpine

Una palabra quedó flotando en el ambiente en torno a Franco Colapinto, con respecto a su clasificación para el Gran Premio de Hungría, de F-1. “Inconsistente” dijo del Alpine, luego de lograr el puesto 14 para la final de la fecha 14 en Hungaroring. Y la dijo a poco de haber cerrado su participación en la Qualy 2, a la que accedió haciendo una muy buena vuelta, casi tan buena como la que logró en la tercera tanda de entrenamiento, que le permitió ocupar el puesto 13. Estos resultados se magnifican en la medida en que su compañero de equipo, el francés Pierre Gasly, quedó atrás, con una posición 17 para largar (había sido 18° en los entrenamientos). 

Con vistas a la competencia prevista en el pueblo Mogyoród, el monegasco Charles Leclerc (Ferrari) hizo la inesperada y celebrada pole. Será secundado por los dos pilotos de McLaren, Oscar Piastri y Lando Norris.

Inconsistente es una buena palabra para definir el presente del coche, pero no neutraliza para nada el salto de calidad que experimentó desde el mal viernes de ensayos, en los que no lograba salir del fondo del pelotón. Pues bien, camino a la final, la ilusión está puesta en que la mentada palabra pierda el prefijo “in” y quede en “consistente”.

¿Qué pasó para que el Alpine mejore un poco sus prestaciones? Dicho por Colapinto, se trabajó mucho en segundo plano. Esto se refiere a la función de los ingenieros y mecánicos que no están en la pista durante una carrera, pero que juegan un papel crucial en el rendimiento del coche y la estrategia. Se trabaja desde la fábrica, analizando datos, desarrollando nuevas piezas, y apoyando al equipo en la pista, con información y decisiones.

Franco también habló de sentimientos encontrados sobre lo ocurrido en la jornada del sábado. Dijo no haber quedado completamente satisfecho con el resultado ni con haber llegado al menos a la Q2, pero que se sintió mucho mejor en el coche y con más confianza. Esto, sin dudas, asoma como un paso positivo después de carreras anteriores en las que no lo pasó bien. La síntesis de este mal trago la elaboró el viernes, cuando definió: “mientras los demás progresan, nosotros nos vamos para atrás”.

Lógico que de ninguna manera se puede tirar manteca al techo, más porque todavía queda una final por delante, largando a mitad de pelotón, en un circuito que tiene zonas de sobrepaso, pero no tantas. El propio Flavio Briatore lo puso de manifiesto, entre la mesura y el elogio. “Fue una sesión difícil, con el coche por debajo de nuestras expectativas. Ambos pilotos sufrieron limitaciones similares y no es frecuente ver a Pierre abandonar en la Q1. Hay que reconocerle el mérito a Franco, que ha mostrado un rendimiento muy bueno, llegando esta vez a la Q2”, afirmó el asesor ejecutivo de Alpine. 

Con la certeza de que el auto todavía no está donde él quiere, por lo cual hay mucho trabajo por hacer en el inminente receso de carreras (por el verano boreal, no se volverá a correr sino hasta finales de agosto), Colapinto encara su octava carrera de la temporada. Su actitud de mantenerse abierto a todas las variables posibles, incluyendo la posibilidad de que otra vez haya una final con lluvia como pasó la semana pasada en Spa-Francorchamps, le abre un abanico de posibilidades en un GP que será a 70 vueltas y comenzará a las 10. 

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