Ortiz junto a Brizuela, Coronel y Laméndola tras el triunfo contra Boca en el estadio Madre de Ciudades. DIEGO ARÁOZ/LA GACETA.
Marcelo Ortiz aspira a convertirse en un emblema de la defensa de Atlético. El correntino, que se instaló en Tucumán en 2019, busca consolidarse como una pieza fija en el equipo de Lucas Pusineri. En los últimos partidos lo está logrando: incluso fue capitán en el encuentro ante Riestra, un indicio de que comienza a transformarse en un pilar de la última línea. Es una sensación nueva para él, distinta a la que vivió durante el primer semestre del torneo, pero que ahora empieza a construirse. Y que buscará sostener hasta el final.
Para Pusineri, Ortiz no solo aporta firmeza y entrega, sino también versatilidad. Ha rendido bien tanto en una zaga con Clever Ferreira como en una línea de tres que incluyó a Miguel Brizuela. “Sacando el último resultado, el equipo experimentó un crecimiento en la intensidad y en lo físico. En funcionamiento todavía nos falta muchísimo, pero estamos yendo de menor a mayor. Es importante ir progresando, pero tenemos la necesidad de sumar puntos”, expresó el defensor, con voz de mando.
La defensa del “Decano” vivió varios cambios con respecto al Apertura. El primero se dio en el arco: Matías Mansilla, que llegó en el último mercado de pases, debutó ante Central Córdoba y mostró buenos rendimientos. El paraguayo Ferreira también se ganó un lugar: desde su arribo demostró solidez, anotó un gol frente a Boca en la Copa Argentina y, sobre todo, logró consolidar un buen tándem con Ortiz.
Por la banda izquierda se impuso Ignacio Galván, que desplazó a Brizuela y Agustín Gálvez y empieza a afirmarse como titular. En la derecha, Pusineri alternó entre Damián Martínez y Maximiliano Villa, aunque el uruguayo dejó buenas sensaciones en los partidos con línea de tres defensores.
En definitiva, Atlético tiene una defensa renovada. “No tuve muchos minutos el semestre pasado y recién nos fuimos acomodando en estas semanas. Por eso todavía falta que terminemos de asentarnos dentro del funcionamiento y que agarremos la idea”, explicó Ortiz. Además, debería sumarse que Gianluca Ferrari todavía no sumó minutos en esta temporada y que Fausto Grillo llegó como una de las últimas incorporaciones para afrontar esta mitad del campeonato.
El cambio de esquema, según el defensor, era una opción que ya se venía trabajando. “Contra Boca lo usamos porque ellos juegan con doble ‘9’; y contra Riestra, porque también lo hacen con un sistema espejo”, analizó. Para él, la urgencia de resultados es uno de los objetivos, pero no la prioridad: lo principal es mejorar el funcionamiento. “Con los resultados todo es más fácil, pero si no logramos desarrollar un método, nos vamos a quedar con ese único triunfo, y eso nos complicará después. Todo va de la mano”, señaló.
Ortiz, además, opina que el fútbol argentino está inmerso en una paridad constante. Por ese motivo existen partidos cerrados con resultados cortos. “Después de una pretemporada larga, la mayoría recién se acomoda en los primeros partidos. Nadie quiere arriesgar nada, nadie puede regalar nada. Tampoco tenemos mucho margen. Este torneo prácticamente define también una tabla anual: las copas, el descenso, el campeonato. Se están jugando muchísimas cosas”, explicó.
En este sentido, valoró el parate de casi dos semanas después del partido contra Riestra, aunque ya palpita el cruce con Rosario Central. “Es un partido importante. Después de mucho tiempo, volverán los visitantes a Tucumán; también porque ellos tienen un buen plantel y, sobre todo, porque tenemos que ganar. Necesitamos que ese partido sea un quiebre para volver a hacernos fuertes”, remarcó.
También confesó que se trata de un encuentro especial: pasó por Central entre 2017 y 2019. “Viví buenos y malos momentos. Me quedaron grandes recuerdos, pero lo importante es lo que estoy transitando hoy”, indicó.
Ortiz, de este modo, está listo para seguir sumando minutos con la camiseta del “Decano” y, por qué no, ganarse un lugar definitivo entre los “11”.







