Dio sus primeros pasos en el fútbol en River y buscará eliminarlo con San Martín en la Copa Argentina

Darío Sand fue parte de la pensión "millonaria" durante ocho años. Mañana desde las 21.10, buscará cerrar el círculo con una buena actuación ante el club que lo vio crecer.

EXPECTANTE. Darío Sand espera ser determinante en el partido contra River, su club formador. EXPECTANTE. Darío Sand espera ser determinante en el partido contra River, su club formador. Foto de Gonzalo Cabrera Terrazas.

En algún rincón de Núñez, todavía queda el eco de un joven que atajaba hasta en los recreos del Instituto River. Vivía en la pensión, compartía el día a día con otros chicos que soñaban con debutar en Primera y se entrenaba convencido de que un día ese escudo le abriría todas las puertas. Ese era Darío Sand, y mañana, más de una década después, estará enfrente. En el Madre de Ciudades, con la camiseta de San Martín, será uno de los líderes del equipo de Mariano Campodónico que intentará dar el golpe frente al “Millonario” por los 16avos de la Copa Argentina. Y aunque lo dice con calma, no es un duelo más.

“Va a ser un partido muy lindo. En River tengo recuerdos hermosos. Viví ocho años en la pensión, hice todas las inferiores y me quedaron amigos. Imagínate que uno es adolescente y es donde más absorbe, donde más aprende las cosas”, recordó Sand en diálogo con LA GACETA.

En ese sentido, el recorrido del correntino no fue fácil. Estuvo ocho temporadas dentro del club, formándose no solo como arquero, sino también como persona, bajo la estructura y exigencia de un mundo que no se parece al resto.

“Es muy diferente. A mí me tocó desde muy chiquito y estar ocho años ahí adentro, viviendo dentro del club. Tiene la pensión ahí, íbamos al colegio, al Instituto. Prácticamente no salíamos. Teníamos todo. Es totalmente distinto a los demás clubes”, contó Sand, y el tono se le vuelve casi nostálgico cuando menciona a quienes lo rodeaban en aquellos años. “Fui compañero, por ejemplo, de Diego Buonanotte, estuve en Reserva con Gonzalo Higuaín, con muchos jugadores…”.

No obstante, ver hoy esos nombres convertidos en estrellas no lo sacude tanto. El entorno familiar acostumbró a Sand a ver el fútbol desde adentro. “No pienso eso. Lo tengo normalizado. Quizás por mi hermano, que siempre estuvo cerca de jugadores que  jugaron en Primera. Siempre estaba al lado de él, lo iba a ver y demás”, admitió. En River, incluso, compartió entrenamientos con José -ex delantero de Lanús-, aunque nunca llegaron a coincidir en un partido. “Compartí con él. Él estaba en Primera y yo en Cuarta División. Había compartido entrenamientos, pero no plantel”, agregó.

Dio sus primeros pasos en el fútbol en River y buscará eliminarlo con San Martín en la Copa Argentina

La historia, como tantas otras en el fútbol argentino, tuvo un final anticipado. Cuando parecía que su camino seguiría en Núñez, River decidió no renovarle. “Me quedaba un año y medio más de Cuarta, pero ya me habían pasado Leandro Chichizola y Gonzalo Marinelli al plantel profesional. Yo quedé abajo. Así que tenía que buscar mi camino. De mutuo acuerdo me fui a Rampla Juniors de Uruguay”, repasó, sin rencores.

Lo que vino después fue una travesía que pocos hubieran resistido. Desde el fútbol uruguayo bajó a la cuarta categoría. Sin grandes contratos, sin flashes. Solo con pasión. “La verdad es que prácticamente uno no ganaba plata ni nada. Yo empecé por ahí a ganar un sueldo muy chico, me alcanzaba quizás para comer y nada más. Pero la pasión que uno tiene por el arco, por atajar, me hacía ir a entrenar y procurar ir subiendo de categoría”, dijo. Y vaya si lo hizo: con más de 100 partidos en San Martín, récords de imbatibilidad y una conexión única con el público, Sand se convirtió en símbolo.

"Estoy en el lugar donde quiero estar", dijo Sand sobre su presente con la camiseta de San Martín

“No me arrepiento de nada. Estoy en el lugar donde quiero estar. Me encanta jugar acá y estoy feliz”, aseguró Sand, mientras piensa en todo lo que debió remar para llegar a este presente. El ascenso a Primera sería, explicó, el broche que le falta. “Ojalá lo pueda hacer con el club. Ya estaría completo”, afirmó.

Hoy, a sus 37 años, atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera. En 2024 fue récord en la Primera Nacional con 1.114 minutos sin recibir goles, y en este 2025 ya suma 24 partidos, 12 vallas invictas y una presencia decisiva bajo los tres palos. Pero prefiere no subirse a ninguna ola de euforia, especialmente en la previa de un partido como este. “Sé que va a ser un partido lindo, para disfrutarlo. Obviamente para afrontarlo con coraje, con mucha personalidad. Pero también tratando de disfrutarlo, porque va a ser un contexto diferente a lo que vivimos todos los fines de semana en el torneo”.

Y si bien baja el tono, no le teme al desafío. Sabe que enfrente hay jerarquía, presupuesto y nombres pesados. Pero también sabe que el fútbol no siempre responde a la lógica. “Tenemos que hacer lo nuestro, no dejarnos llevar por los nombres. Podemos ganar”, soltó con seguridad. Como quien ya aprendió que los sueños se construyen día a día, incluso si hay que empezar de nuevo.

El cariño de la gente también pesa. Desde la mañana que se podían reservar las entradas, cientos de hinchas de San Martín agotaron las entradas, planificaron viajes y se ilusionaron con una noche histórica. “Estamos al tanto. La gente de San Martín es muy apasionada. Ojalá que podamos hacer un buen partido, que tengamos una buena noche y que estemos felices después del partido”, concluyó con una enorme sonrisa.

Mañana, en el Madre de Ciudades, no será un partido más. Será el reencuentro de Sand con su pasado, pero también la oportunidad de escribir un capítulo imborrable con la camiseta del “Santo”. River fue su origen. San Martín, su casa. Y él, un arquero que no olvida de dónde viene, pero tiene muy claro hacia dónde quiere ir.

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