30 Julio 2025
El escenario en Boca Juniors es cada vez más denso. La derrota contra Huracán profundizó la peor racha sin triunfos de la historia del club y encendió una mecha que ya venía ardiendo puertas adentro. Este miércoles, Miguel Ángel Russo decidió marginar del plantel a tres futbolistas: Marcos Rojo, Cristian Lema y Marcelo Saracchi. Una señal fuerte, que sacude la interna xeneize y que expone a un equipo que no encuentra paz ni adentro ni afuera de la cancha.
Los tres jugadores fueron enviados a entrenarse en soledad, fuera de las actividades del plantel profesional, en un sector alternativo del predio de Ezeiza. No pueden utilizar el vestuario principal ni compartir espacios con sus compañeros. El mensaje fue claro: no están más en los planes del cuerpo técnico. Pero la forma, inesperada y hasta humillante según algunos testigos, generó incomodidad en el plantel.
El caso de Rojo es el más delicado. Ex capitán, referente del vestuario y con pasado en la Selección Argentina, el defensor lleva semanas en tensión con el cuerpo técnico. El cortocircuito más reciente ocurrió el martes, cuando Russo reunió a los 23 convocados al partido contra Huracán en el gimnasio y pidió que el resto abandonara la charla. Rojo, que no había sido citado, se sintió ninguneado y abandonó el predio visiblemente molesto. Al día siguiente, recibió la confirmación: debía entrenarse por separado.
La exclusión del ex Manchester United tiene antecedentes. Desde el Mundial de Clubes, cuando Russo priorizó a Ayrton Costa por sobre Rojo, la relación se fue erosionando. El defensor no volvió a jugar un partido oficial desde mayo y, aunque Estudiantes de La Plata mostró interés en repatriarlo, no hubo una oferta concreta. Boca tampoco acepta una desvinculación unilateral y, mientras no llegue una propuesta que compense la rescisión, su contrato (que vence en diciembre de 2025) sigue vigente. Pero su lugar ya no está en el primer equipo.
La situación de Lema y Saracchi también tiene su historia. El zaguero central no juega desde octubre del año pasado, cuando sufrió una lesión ante Riestra, y rechazó la chance de rescindir cuando la dirigencia se lo propuso. El lateral, por su parte, tenía todo listo para pasar a Independiente, pero el pase se cayó a último momento. Desde entonces, ambos quedaron en un limbo que ahora se volvió oficial.
En el club, por ahora, nadie quiere hablar del tema. Pero la noticia ya circula en los pasillos y cayó mal en el grupo. “Fue muy fuerte. Hay muchos que respetan a Rojo y esto los descolocó”, comentaron cerca del plantel. Algunos incluso deslizan que varios jugadores podrían pedir su reincorporación.
En paralelo, el Consejo de Fútbol también está bajo la lupa. El clima en Ezeiza es tenso y el descontento va en aumento. La imagen de Juan Román Riquelme, golpeada por los malos resultados deportivos, empieza a desgastarse puertas adentro. El equipo quedó eliminado del Mundial de Clubes en fase de grupos, cayó ante Atlético Tucumán en la Copa Argentina y suma apenas dos puntos en el Torneo Clausura. En ese contexto, el conflicto con Rojo y los “borrados” suma más presión.
La decisión de Russo fue respaldada por la dirigencia, pero no deja de ser una bomba de tiempo. Rojo llegó a Boca en 2021, jugó 118 partidos y convirtió 9 goles. Su ciclo parece terminado, aunque todavía no haya una salida formal. Por ahora, seguirá entrenando en soledad, mientras el club intenta apagar un incendio que ya se les fue de las manos.
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