La derrota de Boca Juniors frente a Huracán por 1 a 0, en el marco de la tercera fecha del Torneo Clausura, profundizó aún más su delicado presente. El equipo sumó su undécimo partido consecutivo sin conocer la victoria, estableciendo así un récord negativo en su historia. Las críticas no tardaron en llegar y alcanzaron por igual al cuerpo técnico, los jugadores y la comisión directiva, generando un clima cada vez más tenso.
En ese contexto, uno de los que alzó la voz fue Rafael Di Zeo, histórico líder de la barra brava "xeneize". A través de la cuenta de Instagram @lanro12oficial, dejó un mensaje que rápidamente se viralizó: “A ver, a ver los jugadores si pueden oír, con la camiseta de Boca es ganar o morir”. La frase, tomada del tradicional cántico de La 12, volvió a sonar como reproche ante un equipo que no encuentra el rumbo.
También se expresó Pablo Migliore, ex arquero de la institución, quien apuntó directamente contra la conducción actual del club. Desde su perfil personal en redes, escribió: “Aunque nunca lo vayas a entender, Boca es más grande que vos, que tu hermano y que todos los obsecuentes que te hacen creer lo contrario”. La declaración estuvo acompañada de una crítica directa a una de las banderas institucionales que se suele ver en los partidos de local.
El ex futbolista agregó otra reflexión, esta vez sobre el rol de los hinchas y el uso político de los símbolos del club: “Una de las tantas banderas ‘espontáneas’ del último tiempo dice ‘Boca es grande por su gente’. La mandaste a hacer vos, la pagamos todos, por favor leéla hasta entenderla”. Sus palabras buscaron dejar en evidencia un malestar cada vez más extendido entre algunos sectores del mundo boquense.
El regreso de Di Zeo a La Bombonera
A pesar de estar inhabilitado para ingresar a estadios por decisión del Ministerio de Seguridad, debido a causas judiciales por tenencia de armas, Di Zeo logró colarse nuevamente en Brandsen 805. Estuvo presente en el acto de bienvenida a Leandro Paredes, sin que se activaran controles rigurosos por tratarse de un evento fuera del calendario deportivo.
En aquella jornada, el operativo de seguridad fue mucho más flexible que en los días de partido. El acceso se permitió incluso a personas que no eran socias del club, lo que generó algunos desbordes. La presencia de solo unos pocos agentes de consigna facilitó el ingreso del jefe de la barra, quien ya había sorteado restricciones similares en el pasado, como cuando viajó al Mundial de Clubes pese a estar incluido en una lista de más de 15 mil hinchas con entrada prohibida.







