FOTOS MATÍAS NÁPOLI ESCALERO (ESPECIAL PARA LA GACETA)
No todo el año es Navidad. El Atlético Tucumán que sumió a Boca en una crisis casi terminal cinco días antes apareció solo de a ratos por Villa Soldati. Y tal como sucedió en los tres antecedentes entre ambos contendientes, volvió a “morder el polvo” ante Deportivo Riestra.
En la fortaleza del estadio Guillermo Laza, donde el “Malevo” lleva 22 partidos sin perder, al equipo de Lucas Pusineri no le bastó mejorar su cara en el segundo tiempo para llevarse al menos un punto a Tucumán y conservar su invicto en el Torneo Clausura.
Se sabe: nunca es sencillo el partido después de un gran triunfo. Y si bien el “Decano” buscó mantener el orden y la disciplina táctica que lo distinguió ante el “Xeneize” por Copa Argentina, careció de la intensidad y de la lucidez de aquella noche en el Madre de Ciudades de Santiago del Estero. Eso sí, repitió la línea de 3/5 atrás. Y solo tocó el ataque: Mateo Bajamich y Lisandro Cabrera, titulares, mientras el “Loco” Díaz y Mateo Coronel guardaban banco.
Como era esperable, fue un partido bien distinto al del miércoles. No es lo mismo ir de “punto” ante un equipo desorientado y desangelado como lo es actualmente el de Miguel Russo, que tener que tomar la iniciativa frente a un conjunto que sabe exactamente lo que procura y las vías para conseguirlo. Jugar a la segunda pelota, intentar sacar provecho de cada pelota parada, quitar el ritmo y cortar los circuitos de su rival son una especialidad de la casa para los de Gustavo Benítez.
En un primer tiempo casi sin emociones, Riestra se mostró algo más punzante. Prontamente, Matías Mansilla ratificó el acierto de su contratación, con una intervención a puros reflejos ante Miguel Barbieri tras una pelota quieta y un achique perfecto en un mano a mano frente a Braian Guille.
En la media hora inicial, Atlético casi no manejó el balón. Y su novedosa pareja de delanteros titulares careció de suministro de balón. En el último tramo de la primera etapa hubo algunos avances prometedores por la banda derecha, a través de Maximiliano Villa. El arquero Ignacio Arce fue, con todo, un mero espectador.
La prédica de Pusineri en el entretiempo pareció dar resultado. Porque su equipo se paró unos metros más adelante y comenzó a inquietar por izquierda, con la sociedad Ignacio Galván-Lautaro Godoy. Una mala salida de Arce y la salvada sobre la línea de Jonatan Goitía fueron señal clara del nuevo momento en el partido.
Pero entonces llegaron los cambios. Es verdad que Atlético necesitaba más peso en el área y por eso ingresó el “Loco” Díaz por Cabrera. Pero no se entendió la salida de Galván (ingresó Franco Nicola y se rompió la línea de cinco). El “Decano” perdió protagonismo y Riestra vio su oportunidad.
Cuando Andrés Merlos, VAR mediante, pitó falta penal de Adrián Sánchez y el veterano Jonathan Herrera cumplió con su cuota desde los 12 pasos se disiparon las dudas de propios y extraños. La “maldición Riestra” volvía a cobrar forma: cuatro partidos y cuatro derrotas en espacio de un año y medio para el “Decano”, y sin convertir un solo tanto.
Los hinchas de Atlético se quedaron masticando bronca, con el deseo de prolongar al menos unos días la fiesta de Santiago del Estero. Ahora, habrá que esperar hasta el choque con Rosario Central para intentar retomar la buena senda.







