
EN LA COCINA. El laurel es uno de los condimentos habituales en los guisos argentinos pero podría ser un aliado en la higiene de tu casa. FOTO TOMADA DE INFOBAE.COM

En tiempos donde crece la búsqueda de alternativas naturales para el cuidado del hogar, una planta habitual en la cocina está captando la atención por su eficacia como repelente. Se trata del laurel, una hoja que, más allá de aromatizar guisos y salsas, cumple un rol clave en el control de insectos y roedores. Su uso, enmarcado dentro de los trucos caseros más difundidos, se perfila como una estrategia ecológica, económica y segura para proteger los espacios del hogar.
Según quienes emplean este método, el laurel puede utilizarse con éxito en armarios, alacenas, cajones, zapateros y rincones de difícil acceso. "La intensidad de su aroma interfiere en el sistema de orientación de los roedores y provoca que eviten las áreas donde detectan la presencia de la planta", destacan los defensores de este remedio tradicional.
La clave de su eficacia radica en sus aceites esenciales, compuestos por sustancias como cineol, eugenol, eucaliptol y metileugenol. Estos compuestos volátiles actúan sobre los sentidos de los insectos y los desorientan, impidiendo que se instalen en el ambiente. “El eucaliptol interfiere en la percepción sensorial y la capacidad de los roedores para encontrar alimento, mientras que en gorgojos, cucarachas, polillas y mosquitos, el laurel vuelve el ambiente impropio para su ciclo reproductivo”, explican quienes promueven su uso.
El alcance del laurel no se limita a insectos. También se lo considera eficaz contra ratas y ratones. Por eso, su presencia en cocinas, despensas, garajes y sótanos no solo se asocia con la prevención de plagas, sino también con el cuidado de la salud del hogar, sin recurrir a químicos. A diferencia de productos industriales, esta planta es segura para niños y mascotas, aunque se recomienda evitar su ingestión directa.
¿Cómo usar el laurel como repelente de insectos?
El uso del laurel como repelente se inscribe dentro de los trucos caseros que combinan tradición y ciencia. Colocar hojas frescas o secas en puntos estratégicos —como detrás de la heladera, cerca de cañerías o junto a las ventanas— puede hacer una diferencia notable. En espacios abiertos como patios, balcones o huertas, también demuestra su eficacia contra insectos voladores.
Para quienes prefieren una opción más intensa, se sugiere preparar una infusión concentrada: Cortar 300 gramos de hojas de laurel por cada litro de agua, hervir la mezcla y dejarla reposar. Una vez fría y colada, se pulveriza en las superficies que se deseen proteger. Esta preparación puede utilizarse sobre pisos, estanterías, y hasta en jardines o humidificadores, reforzando el efecto del laurel en todo el hogar.
El laurel también puede insertarse dentro de recipientes con arroz, legumbres o cereales. En estos casos, se recomienda utilizar bolsas de tela o envolver las hojas en papel para preservar el aroma de los alimentos. Renovar las hojas cada dos semanas es fundamental para garantizar su capacidad repelente.







