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Con corridas de último minuto, negociaciones tensas y una prórroga inusual, el cierre de listas para las elecciones desdobladas del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires dejó al descubierto el estado de fragilidad de las principales alianzas políticas.
El sábado fue una jornada marcada por reuniones, contra-reuniones y amenazas de ruptura, donde la premisa fue una sola: cerrar como sea. Finalmente, tras cortes de luz que estiraron el trámite hasta la madrugada, las fuerzas lograron inscribirse a tiempo, aunque con acuerdos atados con alfileres.
El peronismo fue escenario de una interna entre el Movimiento Derecho al Futuro, que responde al gobernador Axel Kicillof, y La Cámpora de Máximo Kirchner. Las discusiones se extendieron hasta bien entrada la madrugada, y por momentos reinó el silencio absoluto entre las distintas tribus. La falta de un liderazgo unificado quedó expuesta, y la desorganización llegó al punto de desconocerse algunas listas incluso luego del horario límite. Una postal ya repetida en el justicialismo, pero con un nuevo nivel de improvisación.
Mientras tanto, tomó forma una alianza clave en el tablero electoral: La Libertad Avanza (LLA) y el PRO firmaron un acuerdo bajo predominio libertario. Con Karina Milei al frente del armado y Cristian Ritondo, Diego Santilli y Diego Valenzuela como figuras del macrismo integrado, el pacto se cerró con lógica de oportunidad electoral.
Los amarillos que decidieron pintarse de violeta se aseguraron lugares, aunque varios intendentes ligados a Jorge Macri optaron por bajarse del acuerdo y refugiarse en listas radicales o en el sello “Somos Buenos Aires”, una alianza encabezada por la UCR y que también sumó peronistas disidentes.
Peronismo: intendentes afuera
Las negociaciones dentro del Frente peronista dejaron heridos. Intendentes históricos quedaron afuera de las listas provinciales y surgieron múltiples candidaturas testimoniales. La Cámpora y el MDF terminaron cerrando en unidad, pero con tensiones que anticipan un difícil equilibrio rumbo a octubre. Kicillof retuvo el control de las principales secciones electorales: Gabriel Katopodis encabezará en la Primera, Verónica Magario en la Tercera. También ganaron fuerza los nombres de Fernanda Raverta (Quinta), Ariel Archanco (Octava) y Diego Nanni (Segunda).
El Frente Renovador jugó su propia partida. Sergio Massa habilitó a su espacio a presentar lista corta en Tigre ante la posibilidad de quedar relegado. Desde su entorno destacaban su rol de "pacificador" en las negociaciones, que incluyeron más de una veintena de conflictos distritales.
La lapicera de Karina
La alianza entre LLA y el PRO se cocinó en silencio, pero se mostró con contundencia. La imagen de Karina Milei en la cabecera de la mesa, con Ritondo y Lule Menem a los costados, fue una señal clara: la conducción es libertaria. En la Primera sección encabezará Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y en la Tercera el ex comisario Maximiliano Bondarenko, con un discurso centrado en seguridad. La Quinta tendría como referente a Guillermo Montenegro, de Mar del Plata, quien suena también para un eventual Ministerio de Seguridad si Patricia Bullrich ingresa al Senado.
La incorporación de intendentes amarillos a la lista violeta no fue total. Jefes comunales como Pablo Petrecca (Junín), Javier Martínez (Pergamino) y Santiago Passaglia (San Nicolás) se bajaron del acuerdo, manteniendo vínculo con la UCR. Soledad Martínez, intendenta de Vicente López, logró imponer condiciones: 70% de los candidatos de su sector y 30% de LLA, en una boleta compartida.
La tercera vía
En paralelo, la UCR y sus aliados configuraron una alternativa con proyección provincial. El frente “Somos Buenos Aires” inscribió listas con figuras como Julio Zamora (Tigre), que rompió con el Frente Renovador, y Pablo Domenichini, radical cercano a Martín Lousteau. A ellos se sumaron sectores de centro como el schiarettismo y referentes de Evolución.
Este armado busca capitalizar el malestar de los intendentes desplazados y presentarse como una opción moderada ante la polarización entre peronismo y libertarios, consignó el diario "Ámbito".
Septiembre clave
El desdoblamiento electoral en Buenos Aires aleja el arrastre de las boletas nacionales, pero no le resta relevancia política. En todos los campamentos coinciden en que el resultado del 7 de septiembre impactará de lleno en la elección general del 26 de octubre. Javier Milei, sin reelección en juego pero con la gobernabilidad en disputa, apostará fuerte en el conurbano bonaerense, mientras que el peronismo intentará evitar un colapso interno que le cierre el camino a 2027.






