Una historia de amigos en tiempos complejos

Una novela que gana por nocaut.

20 Julio 2025

NOVELA

UNA FOTO LOS SEIS CON EL LOBO DE LA RAMBLA

JULIO BOCCALATTE

(Ediciones Al Arco – Buenos Aires)

Como los más sabrosos platos de la alta cocina, Julio Boccalatte (Avellaneda, 1970), ha llegado a su exacto punto de elaboración y cocción. Pruebas sobre la mesa: en el Concurso de Letras, categoría Novela, en 2024, fue laureado con el segundo premio por el Fondo Nacional de las Artes.

¿A guisa de qué? Pues a guisa de un texto de esos que se disfrutan de un tirón y en clave de cinco tenedores, habida cuenta de que ya aludimos a la gastronomía gourmet.

Pero antes de meternos en esta humilde reseña, urge subrayar que de la temática que abordó Boccalatte ya se han vertido océanos de tinta: la amistad.

De ahí el título del libro, Una foto los seis con el lobo de la rambla.

¿Cómo entonces eludir las trampas de los automatismos, de los lugares comunes, de lo ya escrito en abundancia y en algunos casos de forma inobjetablemente airosa? Una empresa, para que sea dicho de una vez, difícil si las hay, o incluso imposible, si el autor en cuestión es incapaz de honrar su singularidad de cabo a rabo y de moverse con soltura y un inequívoco cincelado de hermosura. Porque también es tiempo de ser subrayado: la de Boccalatte es una novela hermosa, entendida en el estricto sentido estético y en los sobreentendidos modos que su arte supo labrar.

Para empezar, por la sutil pericia con la que describe a los seis amigos, el entramado vincular de las derivas de cada quien y del grupo mismo, y el crescendo de una historia que va y viene entre la ternura y la ironía, entre el amor y el humor, entre una suerte de juego de mesa en el que aparecen las cartas, una por una, salvo la última y definitiva. El desenlace.

Es en este punto es pertinente reponer que Boccalatte se da el lujo de poner en entredicho la consagrada máxima de Cortázar: el cuento debe de ganar por nocaut y con la novela es suficiente ganar por puntos.

Si no atenemos al puñado de páginas finales, nos desayunamos, no sin el inconfundible júbilo de un lector que celebra el hallazgo, que Boccalatte cierra su novela con un limpio nocaut de los que propinaban Muhammad Alí, George Foreman o Mike Tyson. Tres egregios campeones del mundo de peso completo.

Y para concluir, seríamos injustos si omitiéramos que entre capítulo y capítulo, como al pasar, Boccalatte nos regala un póker de los que abonan a la maravilla del pensar con hondura. Boccalatte sugiere que en rigor un paisaje es un estado de ánimo y afirma, ajeno a rubores, que todos los refugios se terminan derrumbando, que a veces lo fulminante es dejar de ignorar y que la soledad cifra nuestra llegada al mundo y nuestra partida.

© LA GACETA

WALTER VARGAS

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