RETRATO MILLENIAL EN UNA SERIE. La sátira de "Too much" explora cómo las comedias románticas moldean las expectativas sobre el amor y la vida. / NETFLIX
“Too Much”, la nueva serie de Netflix creada por Lena Dunham, es un homenaje, una parodia y una reinvención de la comedia romántica. Protagonizada por Megan Stalter, sigue a una joven estadounidense que se muda a Londres buscando un nuevo comienzo… y que encuentra un caos encantador.
Jessica (Stalter) se define desde el primer episodio: apasionada, confundida, obsesiva, pero también empática y divertida. En una escena clave, lanza: “yo quería estar con Hugh Grant, del diario de la British Jones”. El error (en vez de "Bridget") no sólo arranca una carcajada, también define el tono de la serie: espontánea y honesta. Lo que sigue es una historia de desamor, reinvención y sátira cultural que mezcla romance, cringe y mucha autoconciencia.
Dunham, reconocida por "Girls", regresa con todo su estilo: personajes rotos, escenarios alejados de lo ideal, relaciones imperfectas y diálogos brillantes. Pero esta vez, no como protagonista, sino como showrunner (aunque también aparece como la hermana de Jessica). Ella misma define la serie como un homenaje a las romcoms con las que creció, aunque deja en claro que esto es otra cosa. Los títulos de los episodios lo confirman: “Nonsense and Sensibility”, “Pity Woman”, “Notting Kill”.
Una serie muy real
La serie toma distancia del glamour europeo de "Emily in Paris", y muestra una Londres real, húmeda y emocionalmente inestable. El departamento de Jessica no es bohemio sino triste; su ex (Michael Zegen) es más patético que romántico y su nueva amiga-rival (Adèle Exarchopoulos) es tan humana como intimidante. A eso se suman cameos brillantes (Naomi Watts, Andrew Scott y Stephen Fry), y escenas que rozan la incomodidad, pero que también emocionan.
“Too much” no se burla del género romántico, pero lo empuja a otro lugar. ¿Qué pasa si el final feliz no es una pareja, sino una nueva versión de vos mismo? ¿Qué pasa si el conflicto no es el amor, sino la imagen que creés que deberías tener del amor?
En medio de esa tensión está Jessica, con sus errores, su ternura y su diarrea verbal. Stalter logra una protagonista caótica y querible, con momentos de vulnerabilidad que la acercan a Hannah Horvath, el alter ego de Dunham en "Girls".
“Too much” no pretende redimir el género. Sólo mostrar lo que pasa cuando, como dijo Dunham, “el mayor desafío no es estar con el otro, sino con uno mismo”.







