Sin grietas atrás, Atlético Tucumán busca otro paso firme

El "Decano" tiene el desafío de mantenerse en la senda del triunfo frente a Central Córdoba.

Sin grietas atrás, Atlético Tucumán busca otro paso firme OSVALDO RIPOLL/LA GACETA.

La pesca exige paciencia, práctica y astucia. Algunos lanzan una caña, otros prefieren un arpón. Pero para capturar a gran escala, se tiende una red que corta el curso del agua. En el fútbol, los entrenadores aplican la misma lógica: atrapar la mayor cantidad de “peces” en 90 minutos. La defensa no es rigidez, sino coordinación: saber tensar o aflojar, anticiparse o dejar jugar. Cada defensor es un nudo en esa trama invisible. Si uno falla, se abre un hueco y el rival escapa. Pero si se mueven sincronizados, la malla cumple su función. En Atlético, Lucas Pusineri ya está en el “muelle José Fierro” ajustando los últimos nudos de su red defensiva. El objetivo: impedir que se filtre algún “pescado” proveniente del río Dulce. Estos especímenes son ágiles, sorpresivos y de color blanquinegro. Les llaman el cardumen de Omar de Felippe, también conocidos como los “Ferroviarios”. Será la segunda prueba de esta extensa jornada, en la que el arponero de Saavedra deberá armarse de paciencia. Pusineri, sin embargo, todavía duda entre el nudo Marcelo Ortiz y el lazo Gianluca Ferrari. Una incógnita que arrastra desde hace varios días.

Ortiz fue utilizado en la primera jornada, debido a la suspensión de Ferrari por acumulación de amarillas. En esa ocasión, la estructura combinó firmeza con los aportes técnicos de Clever Ferreira y logró contener a los peces cuyanos, que atacaron con fuerza y tenacidad. A veces, los animales sorprenden por su organización, pero el entrenador supo mantener la malla firme. Para esta fecha, sin embargo, Ferrari vuelve a estar disponible, y el DT deberá decidir qué tipo de atadura usar.

“Estoy bien, con muchas ganas de volver a estar en el campo con el equipo. Vi el partido desde la tribuna, con ansiedad por entrar. Ahora estoy sumando desde donde me toque. Fue el primer partido y hay muchas cosas para mejorar, pero lo positivo es que se quedaron los tres puntos en Tucumán. Hubo cosas para corregir y también cosas bien hechas, pero lo importante es sumar y empezar con el pie derecho”, dijo Ferrari, que fue la técnica más utilizada durante la primera parte del año.

Ortiz, en tanto, funcionó más bien como un parche sobre el final del semestre pasado, pero mostró un rendimiento solvente frente al cardumen “verdinegro”. Ferreira, por su parte, se presenta como inamovible en la trama por su gran actuación en la primera pesca del Clausura.

“La pretemporada fue larga, estuve un poco afuera por algunos días, pero entrenamos cerca de un mes y medio. Me hizo bien, me ayudó a sentirme mejor. Ahora está todo por verse en la cancha, espero estar pronto adentro. Tenemos una gran competencia y eso es bueno para todos porque nos ayuda a ser mejores”, analizó Ferrari, que no dudó en elogiar el rendimiento del paraguayo. “No nos sorprendió porque lo vemos en las prácticas, pero jugó un gran partido”, indicó.

El fortalecimiento de la red fue una prioridad. El entrenador sabía que estaba fallando: recibió 21 goles en la primera mitad y fue la segunda defensa más vencida de la zona A. Por eso trabajó en mejorar la torsión, sumar nuevas técnicas y enfocarse en la eficacia. Incluso habría decidido tomar clases para incluir al nudo Fausto Grillo, probado por los “Piratas” en los diques cordobeses, aunque sin lograr consolidarse como un atado confiable.

Pusineri también evalúa una modificación por el sector izquierdo de la malla: utilizaría al nudo Miguel Brizuela en lugar de Ignacio Galván. El cambio, a priori, buscaría robustecer la marca por esa zona. Claro, el entrenador remarcó en más de una ocasión que la prioridad es tener una estructura sólida para evitar que los pescados atraviesen la zona de contención.

Al final, como en toda buena pesca, no solo importa la fuerza de la red sino la paciencia y la sincronía con que se la tensa. Pusineri sabe que el éxito de esta jornada dependerá de que cada nudo cumpla con su función a la perfección, porque solo así podrá retener al escurridizo cardumen y asegurar que la malla no se rompa en la búsqueda de su presa.

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