El INTA, bajo amenaza: "Para el desarrollo y la ciencia siempre hace falta más gente"
Trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se movilizaron hoy frente a la sede del organismo en Balcarce 51 para manifestarse en contra del Decreto 462/2025, que modifica profundamente la estructura de conducción del organismo descentralizado, vigente desde hace casi 70 años.
La protesta, encabezada por la Asociación del Personal del INTA (Apinta), también contó con la presencia de representantes del Sindicato de Vialidad Nacional, en solidaridad tras la disolución de su propio organismo por decreto la semana pasada.
Fernanda Farías, secretaria general de Apinta, explicó a LA GACETA los motivos de la movilización. "Estamos de asamblea y movilización por este decreto que busca centralizar un organismo que históricamente ha funcionado de forma descentralizada. Este cambio implica que todas las decisiones queden en manos de una sola persona, el actual presidente del INTA, Nicolás Bronzovich", detalló.
Hasta ahora, el INTA era dirigido por un consejo directivo compuesto por diez representantes: seis provenientes de organizaciones del agro y universidades públicas, y cuatro del Poder Ejecutivo. Con el nuevo decreto, ese cuerpo se reduce a ocho miembros, repartidos equitativamente, pero con un detalle clave: el voto del presidente vale doble, otorgándole mayoría automática al oficialismo. Esto, para Farías, representa una clara pérdida de autonomía y federalismo: “Se eliminan las voces de las universidades de agronomía y veterinaria, y también de entidades como Acrea. Es un retroceso institucional”.
FOTO DE ANALÍA JARAMILLO
Riesgo de despidos
Según denunció Farías, el verdadero objetivo detrás de esta reforma es habilitar una futura reducción del personal y de la presencia territorial del INTA. “En febrero, el presidente del organismo y su vice ya habían presentado un plan para cerrar 300 agencias y despedir a 1.500 compañeros. El consejo directivo lo frenó, pero ahora, con esta nueva estructura, todo podría avanzar sin resistencia”.
En Tucumán, por ejemplo, el INTA desarrolla investigaciones clave en caña de azúcar, frutales, hortalizas y protección vegetal. “En la experimental de Famaillá trabajamos en mejoramiento genético y tecnologías para pequeños y medianos productores. Si el INTA se achica, se pierde ese apoyo fundamental”, advirtió.
Además, destacó la alta calificación del personal del organismo: “Muchos son profesionales con maestrías, doctorados, investigadores del Conicet, becarios y técnicos. No se trata de una planta burocrática como dicen desde el gobierno. Entramos por concurso, no por acomodo”.
Una respuesta al ministro Sturzenegger
En declaraciones previas, el ministro Federico Sturzenegger había justificado la reestructuración asegurando que "el INTA tiene demasiada gente" y que con 4.500 trabajadores bastaría, frente a los más de 6.000 actuales.
Farías fue contundente. “Es una locura. Hace un año y medio se fueron mil compañeros por retiro voluntario. Hoy somos menos de 6.500 y faltan personas. Para el desarrollo de la ciencia y la tecnología siempre hace falta más gente, no menos. La ciencia necesita juventud, renovación, trabajo en territorio”.






