Por Benjamín Papaterra
14 Julio 2025
OSVALDO RIPOLL/LA GACETA.
Atlético agarró el lápiz y comenzó a delinear sus primeros trazos. Dibuja líneas simples, comete algunas imprecisiones, pero ya deja ver qué tiene en mente. Esboza la obra que sueña sin detenerse en detalles ni en cuestiones demasiado puntillosas. Hay trazos gruesos, otros más finos, pero lo importante es que no deja de dibujar.
El primer bosquejo fue expuesto frente a San Martín de San Juan. No fue una gran obra de arte ni se lució por su hiperrealismo. Hubo muchas imprecisiones y puntos por corregir, pero la idea empezó a cuajar: se ganó, con lo justo, y la propuesta necesita seguir afinándose. El “Decano” todavía está lejos de ser uno de los artistas más deslumbrantes y vistosos del “museo Clausura”. Pero tiene ganas, muestra enjundia y sueña con que sus obras vuelvan a exhibirse a lo largo y ancho del continente, como en las viejas épocas.
Lucas Pusineri, la cabeza creativa del “Decano”, no modificó demasiado sus pergaminos. Hace tiempo que pinta con una paleta definida: cuatro colores rústicos en el fondo, cuatro más brillantes en el medio, y dos punteros encargados de dar el toque final, de embellecer la obra por completo. Es una fórmula que utiliza desde hace tiempo y que le dio resultados en otras ocasiones, como en aquella recordada Liga Profesional de 2022. Pero eso ya es pasado. Ahora trabaja con colores distintos, influencias nuevas. Intenta ser más agresivo y sorpresivo. La idea aún no se consolidó y necesita más tiempo de trabajo.
Los colores utilizados entienden que la obra está en proceso. Los fundamentos están definidos, pero aún sin pulir del todo. Todavía no hay un tono dominante en el mediocampo y, pese a la búsqueda, falta encontrar ese color que impacte por completo.
Carlos Auzqui es uno de los pigmentos esenciales: se mueve por el sector derecho del mediocampo y es una elección fija de Pusineri. Es un color con experiencia, de esos que suelen rendir, aunque todavía no logra convencer del todo a los miles de seguidores del “Decano”. Falta trabajo, sí, pero el DT confía en que ese pigmento terminará siendo clave para deslumbrar al país.
“Fue un partido para el infarto. Se sufrió, pero nos pudimos quedar con los tres puntos. Cuando ganás, siempre es más fácil corregir. Hubo cosas muy buenas y otras para mejorar, pero era un partido que había que ganar. Eran tres puntos importantes para arrancar con el pie derecho y demostrar para qué estamos. Los chicos que entraron lo hicieron muy bien y conseguimos el triunfo. Vamos a seguir sumando, partido tras partido, y más adelante se verá”, dijo Auzqui, en diálogo con LA GACETA, luego de la primera exposición del domingo.
La última exposición de Atlético mostró un mensaje claro: según explicó el entrenador, el “Decano” reflejó el espíritu de lucha, ese ímpetu de no arrojar el pincel cuando los trazos no salen como se imaginan.
“La pretemporada fue larga, estuvimos muchos días juntos, y eso nos unió mucho. Nos llevamos bien entre todos. En el semestre anterior, cuando nos convertían, nos costaba darlo vuelta. Hoy quedó claro que este equipo no baja los brazos y va a dejar todo para regalarle una victoria a la gente”, indicó.
Auzqui, además, hizo énfasis en el cambio de mentalidad, en que el culmen de esta obra puede sorprender a todo el mundo artístico del país.
“Entre los jugadores compartimos muchas cosas en este tiempo, y eso fortaleció al grupo. Este es el camino. Recién empieza, pero el equipo está para pelear”, señaló.
Para Pusineri, el desafío es consolidar una base dura, solvente y que no deje dudas a nadie. Claro, en cualquier obra, primero se debe trabajar el fondo para que la figura termine de despejarse. Miguel Brizuela fue uno de los colores que se recuperaron a último momento, y Pusineri no dudó en utilizarlo tras la salida de Ignacio Galván.
“Vale mucho arrancar el torneo con una victoria. Nos da confianza para todo lo que viene”, dijo.
Sobre el final de la pretemporada, Brizuela sufrió una distensión en la rodilla. “Hice todo lo posible para llegar. Tenía que estar como sea, así que estoy contento por el triunfo. Se sufrió, pero a veces el sacrificio de seguir buscando el gol tiene su recompensa”, indicó.
“Sabíamos que San Juan era un rival directo, así que estos tres puntos valen mucho. Nos propusimos sumar de a tres, porque queremos clasificar a una copa. Tenemos que dejar la vida en cada partido”, agregó.
El primer trazo ya está sobre el papel. No es perfecto, pero está. Es el inicio de una obra que aún no encuentra su forma definitiva, pero que comienza a insinuarse. Hay imperfecciones, sí, pero también convicción. El lápiz no tiembla: sabe que habrá que borrar, corregir y volver a intentar.
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