Los concejales Gustavo Cobos y José María Canelada presentaron un proyecto de ordenanza para crear el Censo de Infraestructuras Edilicias Obsoletas en la ciudad de San Miguel de Tucumán. La iniciativa apunta a identificar, clasificar y sistematizar los inmuebles en desuso o infrautilizados, tanto públicos como privados, con el fin de diseñar políticas de recuperación urbana, optimizar recursos existentes y generar nuevos usos sociales, culturales o productivos.
“En cada barrio hay edificios que fueron pensados para otra época, que hoy están vacíos, abandonados o en condiciones indignas. Lo que proponemos es dejar de mirar para otro lado y empezar a usar la información como herramienta para la transformación. No se trata solo de construir más, sino de usar mejor lo que ya tenemos”, señaló Canelada.
Según explican los autores, el proyecto busca relevar inmuebles en estado de abandono, con deterioro estructural, funciones obsoletas o problemas legales que impidan su uso eficiente. El relevamiento se realizará mediante criterios técnicos y urbanísticos, y será acompañado por un Registro Público Georreferenciado que podrá ser consultado por cualquier ciudadano.
“Este censo nos va a permitir planificar con inteligencia. La ciudad tiene un montón de infraestructura desperdiciada, mientras el Estado sigue alquilando oficinas o los vecinos reclaman por espacios verdes, culturales, deportivos o educativos. Hay una deuda urbana que se puede saldar si hay voluntad y decisión política”, afirmó el concejal Cobos.
El proyecto también contempla mecanismos de participación ciudadana, cooperación con universidades, colegios profesionales y organizaciones sociales, y la presentación de un informe anual ante el Concejo Deliberante con los resultados y avances del programa.
Los concejales destacaron que medidas similares ya se aplicaron con éxito en otras ciudades del mundo, como Detroit o Rosario, donde la recuperación de edificios y terrenos ociosos contribuyó a revitalizar barrios enteros, generar empleo y mejorar la calidad del espacio urbano.
“Cuando un edificio se abandona, no solo se deteriora el inmueble: se degrada todo su entorno. En cambio, cuando lo recuperamos, lo convertimos en un motor de cambio. Apostamos a una ciudad que transforma lo que otros dan por perdido”, concluyeron.







