AL FRENTE. Joaquín Aguilar se lleva la guinda sin temor ante dos rivales. FOTO GENTILEZA DE GIULIANA PIQUERA
Para ser finalista del Torneo Anual local, Tucumán Rugby mostró dos caras muy diferentes que, finalmente, se complementaron. El triunfo ante Natación y Gimnasia por 35-18 tuvo dos versiones de los “verdinegros”: la del primer tiempo, con pulgar para abajo; la del segundo, con todos los dedos, los brazos y saltos, bien arriba.
Ya lo decía previamente Hernán Macome, head coach, de Tucumán Rugby, jugar en la cancha propia era un detalle menor. Y lo fue, principalmente, porque la lluvia dejó un campo de juego blando, poco confiable y eso fue una desventaja para todos. Hasta para el público que, como los jugadores, pisaban con cuidado.
No había garantía de nada. Jugar con la pelota en mano, al despliegue, era tan peligroso como usar el pie. En el primer tiempo los dos apostaron a lo que parecía menos riesgoso: apelar más a los pies habilidosos de César Rivadeneira, en Natación y Gimnasia; Tomás Witte, en Tucumán Rugby.
Jugar la ovalada, incluso si quedaba a pocos metros del in-goal, no era opción y se privilegió sumar de a tres. La estrategia tuvo éxito en varias ocasiones para ambos lados, pero eran los “Blancos” los que marcaban el ritmo.
Los “verdinegros” no tenían firmeza en la obtención, mientras Natación y Gimnasia avanzaba y no estaba a la expectativa de los errores ajenos.
Esa actitud tuvo rédito con el try de Lucas Guc. El jugador de los “Blancos” que tuvo toda la comodidad para apoyar debajo de los palos. En el último minuto del primer tiempo, Tucumán Rugby empezó a edificar la victoria, pero se fue al descanso en desventaja (18-13).
La conquista de Ignacio Pascal dejó en claro que podía jugarse con mayor despliegue y empujando. Un modo que también iba a ser valorado desde las tribunas, porque tanto el público de Tucumán Rugby y Natación y Gimnasia, que generaron un lindo recibimiento, merecían lo que se vino después.
Los locales salieron con muchos ajustes. La mejora no tardó en reflejarse en el marcador ya que en nueve minutos dieron vuelta la historia: pasaron a ganar 23-18 gracias a un acierto de Witte de tres puntos y un try de Mateo Pasquini.
Fue esa conquista la que puso alerta al “verdinegro”. Tanto que Natación y Gimnasia comenzó a sufrir tal dominio, que no volvió a sumar puntos hasta el final del partido. “Fue complicado al principio”, reconoció el jugador de 19 años. Apenas en su primer año con el plantel de Primera, Pasquini tuvo un estupendo nivel de rendimiento que coronó con otro try casi al final del juego. “Fue un tiempo para cada uno. Lo que ajustamos fue la obtención. Nos animamos a jugar más porque ya veníamos avanzando”, afirmó Pasquini que el domingo irá por su primera corona con el club. “Sería un sueño cumplido. Juego en Tucumán Rugby desde los seis años y no fui campeón en ninguna categoría”, reveló con ilusión el jugador más felicitado de la tarde.
Para cumplir ese sueño, Pasquini y compañía deberán vencer a Tucumán Lawn Tennis el próximo domingo en La Caldera del parque 9 de Julio, el escenario de la final que fue pactado de antemano para conocer al campeón Anual del rugby local.







