
En la entrada del Fan Fest, del partido de Los Pumas vs Inglaterra, las voces en inglés se mezclan con las charlas argentinas. Maca y Peter caminan despacio, disfrutando la previa del partido. La camiseta roja y naranja de Maca, con la insignia del Middlesbrough, resalta entre tanta celeste y blanca. Tampoco pasa desapercibida su altura.
“Vinimos por rugby. Queríamos ver los test match y armamos el viaje alrededor de eso”, cuenta Maca. Están en la mitad de una travesía de ocho semanas. Ya recorrieron Salta, las Cataratas del Iguazú y Buenos Aires. El próximo destino: San Juan.
Peter lo escucha con una sonrisa. Él y Maca se conocen desde los años 80, cuando Maca trabajaba en un pub al que Peter iba siempre. “Compartíamos la pasión por el fútbol. Después, poco a poco, sumamos la del rugby. Y ahora viajamos por el mundo siguiendo el deporte”, comenta.
Maca recuerda su paso del fútbol al rugby como una decisión natural. “Soy muy alto, y mi forma de ser encajaba mejor. Además, los valores del rugby son mi bandera: disciplina, respeto. Eso no se negocia”, confiesa.
Esta vez les tocó Argentina. Y lo están disfrutando como pocos. “La gente es muy cálida con nosotros. Nos hacen sentir bienvenidos”, dice Maca, mientras se acomodan para entrar al estadio.
La amistad, como el rugby, también tiene sus reglas sagradas. Y estos dos amigos las cumplen desde hace más de 40 años.